Este mes he tenido un poco más de luz, ya no suelo ir a ese lugar oscuro del que tanto hablo Charlie, ya no tengo tanta rabia en mi interior, tengo menos culpabilidad, ya no me siento mal conmigo misma por ser como soy, a veces tenía tanto miedo, mucho. Sentía ganas de llorar y el tema nunca se iba de mi cabeza, era un remolino que giraba y giraba y giraba y yo no sabía como salir de él, estaba atrapada. Hasta que un día, ¡
puf! estaba fuera de él, no sé que fue, pero se sintió como si me quitara un peso de los hombros, sentí que todo estaba bien, que yo estaba bien. Que no había nada malo conmigo.
A veces tengo miedo de volver a ser mi antigua yo, tengo miedo de volver a ese lugar oscuro, de volver al remolino, miedo de volver a la puta situación en la que estaba con ella desde principios del año pasado.
A veces lloro sin razón, lloro por cosas pasadas, a veces pongo una canción y veo a la nada, recordando. A veces leo una continuación de algún libro que leía antes de que pasara todo eso y lloro, no importa si los personajes estén sonriendo. Lo hago, es una emoción inexplicable.
A veces quisiera poder expresar como me siento en esos momentos, tengo un sentimiento de nostalgia tan fuerte que me duele, joder como me duele, siento que me asfixio con esos recuerdos, odio los días así, odio recordar cosas dolorosas, odio llorar por ellas aunque estén lejos, siento que pueden alcanzarme.
Luego están los recuerdos felices, que también me lastiman, que me causan una felicidad dolorosa, que me hieren pero que amo, quisiera regresar a esos momentos y volver a sentirme bien. De volver a reírme a todo pulmón y que no sean solo recuerdos.
No me alcanzan las palabras, no sé como expresar ese puto sentimiento de nostalgia, de melancolía, me tiemblan las manos, y siento en el pecho algo pesado y me siento mal. Odio sentirme así.
Nunca lo he hablado con alguien, porque sé que no me expresaría bien al querer decirles como me siento, porque no he encontrado a alguien que me comprenda completamente. Y eso me pone triste. Bastante.
Nunca nadie me llegará a conocer realmente si no comprenden este sentimiento, sino lloramos juntos las cosas perdidas.
Desde niña he querido irme de aquí, irme de esta ciudad. Viajar o quedarme en algún otro lugar. Y ese sentimiento crece cuando tengo días así. Supongo que todos se han sentido así. Siento que podré hacer las cosas que siempre quise hacer, que podré ser la persona que quiero ser. Y parece tan lejano.
Tal vez esté equivocada sobre querer irme, tal vez dentro de unos años no vuelva a ese lugar oscuro ni recuerde esas cosas, ni llore viendo el Sol esconderse y el sentimiento de nostalgia desaparezca y solo vuelva en ocasiones muy contadas. Tal vez el sentimiento se vaya.
Quiero creer que este año empezará bien, que no dejaré que el no agradarle a mis compañeros de grupo me afecte, que no me sentiré más sola, que no llegaré sintiéndome mal de la escuela, que no volveré a ese lugar oscuro por un tiempo.
Pensaré que las cosas irán bien y que si no lo son, pronto lo serán.
Y lo espero.
En serio.