Y algo ha cambiado y no sé que fue.
Nada es lo mismo.
Hay más silencios y al mismo tiempo más gritos.
Hay más tardes sola y más música a todo volumen.
¿Vuelvo a ser lo que era? Porque tengo miedo.
Tal vez, sea un efecto del verano.
Tal vez, algo se dañó.
Quizás ya estaba dañado y sólo era cuestión del tiempo para sentir la herida.
Quizás me adelante pensando que las cosas felices duran para siempre.
Que sólo en los escritos puedo lograr que eso dure.
Y los escritos me salen incoherentes, y quiero llorar y quiero no dormir y ver el Sol salir y sentirme un poco menos sola.
Tal vez he visto demasiadas películas.
Y las sonrisas falsas ya no me duelen, porque estos días los he dado más que otros días.
Porque no quiero volver a añorar tiempos más fáciles. Porque no puedo. Ya no.
Vuelve el sentimiento de sentirse incomprendida. Vuelve el sentimiento del nudo en la garganta, con todas las palabras en él.
Porque perdí el sentimiento de sentirme infinita.
Perdón, perdón, perdón.
No quiero que esto dure más.
No puedo dejar que dure más.
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