No hay letras, no hay escenarios, no hay canciones ni personas sobre las que escribir, no hay nada.
Mi verano es deprimente y lo que le sigue.
No hay inspiración.
Las tardes se van entre extrañar cosas que nunca he vivido pero que imagino, entre un sentimiento de abandono y anhelo y las noches entre series y libros.
No hay amigos, no hay viajes ni nuevas personas.
No hay enamoramiento, no hay conversaciones en madrugada.
No hay sonrisas y carcajadas.
No hay fotografías ni felicidad.
No hay nada.
Y si, tal vez he visto demasiadas películas, pero vamos, ¿quien no quiere un verano inolvidable? Un verano divertido.
Lástima que yo no sea una de esas personas a las que les pasan eso.
No quiero que el verano acabe, pero no quiero seguir sintiéndome así de sola.
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