Son las 2 am.
Siempre son las 2 am.
Las luces de navidad son las únicas que iluminan la habitación. Y el único sonido que importa es Ghost Stories Live chocando contra las paredes.
El viento frío entra por la ventana y no es que ya no esté triste, porque lo estoy, pero supongo que me he acostumbrado.
Con el tiempo se me quitan las ganas de festejar este día, porque paso la mayor parte del año deseando dejar de existir y no creo que un día haga la diferencia.
Hoy he llegado a casa y he dormido, últimamente termino durmiendo a las 4 de la mañana y mi alarma suena a las 5 y mi apetito no existe, o lo hace pero se me hace tan fácil ignorarlo.
Conseguí otro otoño.
Y me asusta.
Porque pronto los juegos se acaban y viene lo difícil, y no sé que haré porque parece que la mayoría ya tiene todo planeado.
Y solo quisiera quedarme en esta habitación, con las letras de Magic rebotando de una pared a otra, con el viento meciendo la cortina y helándome los huesos.
Esta es mi eternidad.
Ese disco, el viento y las luces de navidad esparcidas sobre mí o sobre la cama.
Mi eternidad, donde no me fuerzo a dejar de huir y tomo decisiones precipitadas para demostrarme a mí mismo un punto. Mi eternidad donde esas dos personas no me jodieron tanto el corazón que ahora ya no sé como comportarme con el corazón de otra persona y no tengo ganas de hacerlo.
El lugar donde lloro y no siento la necesidad ocultarlo. Donde bajo las defensas, donde estoy rodeado de fotografías, velas, libros y discos y el tiempo no pasa.
Nunca pensé que llegaría a esta edad, pensé que algo me borraría mágicamente de la faz de la Tierra.
Pero aquí estoy, con otro otoño más, necesitando envolverme en luces de navidad para no caer en pedazos y a Yellow y Ghost Stories Live para darme un poco de eternidad.
In the darkness before the dawn
In the swirling of this storm
When I'm rolling with the punches and hope is gone
Leave a light, a light on
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