¿Y tú? ¿Qué es lo que te trae por aquí? Bueno, ya que estas aquí, voy a contarte una historia. Siéntate, siéntate. Que va, no, no es trágica. He estado descansando de ellas. Pido disculpas por mi forma de narrar, pero con el paso de los años y la soledad, uno se olvida de como se cuenta una buena historia. Entonces, ¿te quedas hasta el final?
Fue amor a primera vista. Aunque él siempre diga que fue ella quien lo persiguió.
Ella siempre fue callada, él siempre reía. Ella no creía que fuera atractiva, nunca lo creyo. Él pensaba que era la mujer más hermosa que había conocido.
Después de un tiempo, la invito a salir, le compró flores y la invito al cine y a cenar.
Y así fue por tiempo, hasta que tuvo el valor de pedirle que fuera su novia. Y ella creía que el corazón se le saldría del pecho.
Él conoció a sus padres y a sus hermanas. Ella conoció a su madre y a sus hermanos.
Y cuando se casaron ella no podía creer que al fin había encontrado a alguien que la hacía completamente feliz.
Compraron pequeña casa, cerca de una pequeña playa. Y adoptaron a un cachorro abandonado, al que llamaron Tom.
Todas las tardes, él daba un paseo por la playa, llevaba a Tom de la correa y observaban el atardecer. Hasta que una tarde, él jugo con Tom en la arena, y al momento de irse, observo que su anillo de matrimonio ya no estaba en su dedo.
Volvió a casa asustado, contándole a ella lo que había pasado. Ella con lágrimas en los ojos le dijo que no se precupara, aunque por dentro se desgarrara.
Él no quería verla triste, no quería ver lágrimas en sus ojos.
Volvió a la playa y la recorrió toda, busco entre la arena, mientras el Sol moría y el cielo se teñía de su sangre.
Ella se quedo en casa, enguajandose las lágrimas, preocupada, vio el reloj y noto que ya era de noche, que el cielo estaba oscuro y la única luz eran las estrellas.
Y entonces, lo distinguió a lo lejos, venía caminando hacia la casa entre sombras.
Él simplemente se coloco delante de ella, le secó las lágrimas con dulzura, y tomó sus manos, chocando los anillos suavemente. Y se amaron entre susurros.
Te amo.
¿Siempre?
Siempre.
Y déjame decirte que lo cumplieron, la historia de mis padres hace que no pierda la esperanza, ¿sabes? Ahora veté de aquí, sigue tu camino. Nos volveremos a ver. Siempre hay más historias en el mundo que contar. Y tú y yo aún tenemos muchas que contarnos.
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