No te atrevas a hacerlo, cariño. No te atrevas a prometerme eso cuando sé que son palabras vacías.
¿Cómo hacer para no sentir culpa por seguir adelante? ¿Cómo haces sentirme así? Juras que estás rota, cuando solo estás un poco quebrada de las esquinas. ¿Cómo rechazar besos que me curan y a la vez abren de nuevo la herida? Porque me respondes Te amo más y después juras que no amas a nadie y nunca lo harás.
Porque vienes, me besas y todo es vacío. Nunca nos imagine como ese tipo de personas que dan besos con sabor a nada, que me tomas de las mejillas de sorpresa y chocas nuestros labios.
Que reabrimos las heridas durante esas tardes en mi casa, en mi cama, con los discos alrededor nuestro.
Y lo peor es que nos unen más cosas que las que nos separan. Me apresuré al pensar que tú podías ser ese alguien. Y uno acaba dándose golpes contra el asfalto cuando descubres partes totalmente desconocidas de alguien que amas.
Y hay más lágrimas que besos. Hay más piel erizada que abrazos cálidos. Y más decepciones que promesas.
Y algo ha cambiado, ahora ya no paso horas imaginando que pasaría si los besos supieran a algo, si volvieran a significar algo.
Y he dejado de reabrir las heridas tan seguido, porque no quiero arruinar la cicatriz. Porque no creo que valgas arruinarme la piel.
No hay comentarios:
Publicar un comentario