domingo, 25 de junio de 2017

Intentarás arreglarte algo, pero no podrás arreglar lo que no puedes ver.

Han sido de esos días difíciles, donde siento que todo en mí está equivocado.
Que tengo curvas y ángulos donde no debería, que mi cabello es demasiado largo o mi voz demasiado aguda.
Que tendría que verme de diferente manera. Sentirme de otra forma.
Estoy volviendo a dejarme sentir el vacío en mi estómago porque éste es demasiado. Que cada mañana me levantó y me arregló un poco pero en mi mente solo me dice "eres una mierda y hagas lo que hagas, nunca podrás cambiar eso".
Estoy teniendo miedo a los espejos de nuevo. Estoy comenzando a contar las calorías o pensando en no comer otra vez.
Y esa no es la puta solución, joder, pero no puedo evitarlo.
Mi mente es un caos. No sé que estoy haciendo mal en casa, tampoco no sé que hacer para dejar de sentir que mi cuerpo no debería ser así.
Siento que me ahogo, siento que el aire no me alcanza.
A veces el sentir como mi cabello me roza la espalda (por lo largo que está) hace que quiera arrancarlo o tomar las tijeras y cortarlo. Pero sé que me arrepentiré cuando llegué el día en que sienta que debería tener más curvas en lugar de no tener ninguna.
Días como estos no quiero que nadie me mire, porque sé lo que verán. Verán lo que tanto odio. No sé ni siquiera cómo soportan mirarme. Cómo ella si quiera pudo quererme, mirarme o tocarme, ¿cómo alguien puede hacerlo? Ni siquiera yo lo puedo hacer. Ella merece más que toda esta jodida cosa que soy.
Realmente odio esto.
Odio mi cerebro.
Odio no haber nacido en otro cuerpo, odio no haber sido un chico pero también no odio haber nacido con cuerpo de chica (es demasiado confuso, lo siento).
Solo denme un jodido descanso.

sábado, 24 de junio de 2017

14:45

Creo que estoy cayendo de nuevo, estoy volviendo a ese lugar del que siempre he tenido miedo y del que nunca he salido completamente. Creo que nunca saldré.

Tengo miedo de que todo vuelva.

lunes, 19 de junio de 2017

The road can be your home too.

Y voy a extrañar la carretera. Voy a extrañarla cuando todo desaparezca.
Extrañaré mirar las estrellas desde la ventana o sobre el capo del auto. Extrañaré pensar en ti cuando las vea. Extrañaré las nubes siguiéndome a donde sea que vaya. 
Aún no odio la carretera porque todavía no extraño mi hogar.  Y espero nunca hacerlo.
La carretera es una parte de mí. 
El viento en mi cabello, chocando contra mi piel. El sol. Los árboles. Las montañas. El cielo azul. Las nubes. Las estrellas. La puesta del sol. El amanecer. Las personas que amo sentadas en el asiento trasero cantando, riendo o durmiendo. 
Huyendo lejos o yendo a casa.
Extrañaré todo.
Por favor, no ignores estas cosas.
La carretera puede ser tu hogar también.

I hope you make it to the day you're 28 years old.

Olía a cigarros, era lo primero que noté. Me di la vuelta y vi a ese chico. Alto, delgado, moreno con cabello negro y corto.
Era como verlo de espaldas.
Pero en realidad no era él.
No había sido realmente él por un largo tiempo.
Los demonios suelen hacer eso, suelen desaparecerte.
No era que estuviera delgado porque hacía ejercicio o por su metabolismo, no.
Era de eso que abusaba para callar todo lo que estaba en su cabeza.
Eso en lo que estaba sumergido.

Siempre olía a cigarros, es por eso que ahora pienso en él cada que veo a un chico fumando.
No lo he visto en meses, pero sé que se está recuperando. Todos contamos los días que faltan para agosto.
Es difícil, la situación es difícil.
Y la admiro, por lo fuerte que está siendo, pero tengo miedo de que todo el estrés de estos chicos la agoten. Porque lo están haciendo y es horrible.
Es horrible porque a mi abuela también la agotaron tantos años, a su hija también. Y a veces las personas no son lo suficientemente fuertes para soportar tanto y el cuerpo comienza a fallar.
Tengo miedo de eso.

Los demonios se enfrentan, se pelea contra ellos con uñas y dientes.
Se enfrentan cara a cara.
Y sé que los está enfrentando, está ganando y eso es lo que cuenta.

Crecí con ese chico.
Jugué con él, discutí, me agarré a golpes, fui a la playa, al parque, pasábamos los fines de semana jugando Mario Kart o con mi tío mojandonos con la manguera.

Ese chico va a ganar.
Y todos vamos a estar jodidamente orgullosos de eso.

sábado, 17 de junio de 2017

De 730 días.

Hoy se cumplen dos años.
Es un día soleado.
Ahora podríamos estar en carretera, contigo en el copiloto, mi padre conduciendo y Sofía y yo en el asiento trasero. Tal vez mi madre también estaría ahí.
Tal vez todos ellos estarían ahí también, como hace dos años.
Cuando todos fuimos a aquél lugar lejos de la ciudad y disfrutamos de la naturaleza como ya no lo hace la gente de ahora.
Extraño esos días.
Te extraño.
Ese hueco en mi pecho siempre tendrá tu nombre.

Hoy había misa en tu nombre. Y creo que fui la única en casa que lo recordó, cuando soy la que menos ha pisado la iglesia en su vida (a parte de mi padre).
Y para al final de la misa, tenía un nudo en la garganta. Estaba ahogándome.
Y las lágrimas encontraron una forma de escapar.
730 días.
Mi madre dijo "A ella no se le olvida ese día" cuando me preguntaron cuántos años se cumplían desde ese 17 de junio.

Donde quiera que estés, sé que ya nada duele.
Sé que estás bien.
Y eso es todo lo que necesito.
Eso es todo lo que necesitamos.
Gracias por todos esos años.
Te amo, perdón por no decirlo todas esas veces.
Te amo.
Te amo.

martes, 13 de junio de 2017

17:05

Algunos días siento que me ahogo. Respiro profundo y aun así el aire no me alcanza. Que mi cuerpo es demasiado, con curvas en lugares equivocados.

Me desabotono el primer botón de la camisa, respiro hondo. Siento como mi cavidad torácica aumenta y disminuye de tamaño pero no dejo de ahogarme.

Mi cuerpo es demasiado, demasiado grande. Con demasiadas curvas, pero a veces quisiera tener unas buenas. Otras veces quisiera no tener ninguna. Mi rostro, odio mi rostro, no sé cómo soportan mirarme siquiera.
Odio el mero hecho de existir.
Odio recordar. Odio dormir para no pensar. Odio haber hecho daño y no poner las cosas en perspectiva. Odio tener miedo y que el tenerlo me haga actuar de mala manera.

Los días así son difíciles. Solo quiero quedarme en cama y luchar por no ahogarme.
Y respiro.
Y respiro.
Adentro.
Afuera.
Nunca es suficiente.

domingo, 11 de junio de 2017

De salas oscuras, gargantas adoloridas y mañanas frías.

Era la 1 am.
Mi garganta dolía pero no quería irme.
Quería seguir ahí, en esa sala dejándome la garganta cantando.
La única luz era la de la televisión, que nos servía de karaoke.
Unos bailaban mientras alguien me acompañaba en el sillón, mirándolos y riendo.
El cuerpo me dolía de reír y no por mis heridas emocionales.
Las cartas del Uno estaban esparcidas por toda la mesa detrás de nosotros.
Las botellas amontonadas en la cocina.
Con unos tocando una guitarra de aire mientras las bocinas gritaban "¿Es un solo? !Es la guitarra de Lolo!" .
Eran canciones de hace años, pero que seguíamos cantando porque si no te la sabías no eras humano.
Nos sentíamos más jóvenes de lo que éramos.
Sentíamos la eternidad correr por nuestras venas.
La felicidad superaba el dolor de garganta.
Cantamos hasta que quedamos roncos.
Cuando por fin llegó la hora de volver a casa, todos fuimos por caminos diferentes.
Volví a casa, mientras el sol comenzaba a salir.
La mañana era fría, mi caminar era lento.
Y pensaba: es increíble como los mejores días aún no llegan.
Aunque a veces despierte sintiendo que todo está mal, que mis pensamientos me abruman y no me dejan estar en paz.
Los mejores días aún no llegan.
Y es algo increíble.


I'd spend the rest of my life standing here talking.

El sol brillaba y la carretera se extendía frente a nosotros. El aire entraba por la ventana alborotando mi cabello, Drew conducía con una mano en el volante y apoyaba su cabeza en la otra. Habíamos salido temprano de casa, porque ese había sido el plan de todos. Aunque ya sabíamos que Anna, Valeria y Daniel llegarían tarde hasta a su propio funeral.

En la radio sonaban canciones de Kings of Leon, Colplday, Bon Jovi...y me recordaban porque amaba tanto las carreteras. Las curvas, las subidas y bajadas, las montañas, el cielo azul, el sol brillando sobre la piel, el viento entrando por la ventana.

Fue un viaje de 2 horas hasta llegar a la playa, seguía siendo bastante temprano por lo que la playa estaba sola. La arena estaba caliente bajo nuestros pies y el mar cristalino parecía eterno. Armamos la sombra, bajamos las sillas y esperamos 20 minutos hasta que llegaron los demás en el auto de Valeria. Daniel venía luchando contra todas las bolsas y toallas, mientras Valeria y Anna bajaban la comida.

Nos sentamos todos bajo la sombra, platicando y riendo, mientras la playa comenzaba a llenarse de gente, hasta que decidimos que era momento de entrar al agua. Anna y Valeria corrieron cual niños hacia el mar y Drew y yo soltamos una carcajada cuando gritaron por lo fría que estaba. Bueno, era Abril y el agua seguiría fría por un tiempo, por lo menos hasta Junio o Julio.

Nadamos un rato, nos empujábamos, nos perseguíamos, Drew nos gritaba a mí, Valeria y Anna cuando nos veía como hormigas cuando nos alejábamos mucho. Se reían de mí cuando nadábamos hasta lo más hondo y yo no podía tocar la arena y todos los demás sí (excepto Daniel, él es tan bajito como yo). Que hijos de puta.

Regresamos a nuestro lugar hambrientos, nos sentamos un rato sin hacer nada más que hablar. Comenzamos a jugar verdad o reto, Anna y yo terminamos tomando una botella de cerveza sin manos y riendo cuando nos quemó la garganta. El ambiente era caluroso, el sol brillaba más a esa hora del día, el mar se iba viendo más azul conforme pasaban las horas.

Regresamos al mar, seguimos nadando hasta que nuestros cuerpos pidieron otro descanso y el sol comenzó a bajar. Comencé a sentirme un poco mal, mientras escuchaba a Valeria preguntarle a Anna si quería ir a caminar para platicar, y yo sabía de que se trataba.
Se trataba de esos mensajes, del "¿Puedes amarme?" que Anna me había escrito 2 días antes a las 3 am. No eran discretos, con Valeria haciendo comentarios (no malos, pero seguían haciendo teniendo que ver con eso), con Anna enojándose cada que Drew se burlaba de mí mencionando a vino y bombones. Al final, terminamos yendo a caminar todos, la arena mojada bajo nuestros pies y las olas chocando contra la orilla. Llegamos hasta el final de la playa, nos sentamos en las rocas que había ahí y miramos el mar, Las olas chocaban más fuerte ahí, el mar parecía mucho más azul, más eterno, más salvaje. Era como esas imágenes que ves en Tumblr, las que te hacen desear estar sumergido en ese mar.



Caminamos de regreso, cuando llegamos a nuestro lugar tendimos todas las toallas para acostarnos, el cuerpo nos pesaba de tanto nadar y apenas eran las 6 de la tarde. Valeria y Anna decidieron ir a nadar de nuevo, mientras Daniel, Drew y yo nos levantábamos de las toallas y nos sentábamos en las sillas. Platicábamos de todo, mientras el sol bajaba cada vez más, el malestar del asunto se había escondido en algún rincón de mi mente, ahora solo disfrutaba de lo que restaba de la tarde.

Valeria y Anna volvieron y se unieron a nuestra plática, comenzamos a recordar las estupideces que hacíamos en la secundaria, de las estupideces que hicimos la última vez que nos vimos y las estupideces que hacemos ahora. Deseé poder quedarme siempre en ese lugar con esas personas.
Podría pasar el resto de mi vida aquí hablando.


A pesar de todos los años, a pesar de las peleas, los enredos y los corazones rotos, seguíamos ahí. A pesar de los años y de las cosas que se vienen, sé que seguiremos estando en la vida de los demás.

El sol daba su último respiro cuando comenzamos a guardar las cosas.
Cuando el sol murió, nos subimos a los autos, Drew y yo delante del auto de Valeria.
La única luz era la de los faros del auto.
Nuestro regreso a casa.