martes, 13 de junio de 2017

17:05

Algunos días siento que me ahogo. Respiro profundo y aun así el aire no me alcanza. Que mi cuerpo es demasiado, con curvas en lugares equivocados.

Me desabotono el primer botón de la camisa, respiro hondo. Siento como mi cavidad torácica aumenta y disminuye de tamaño pero no dejo de ahogarme.

Mi cuerpo es demasiado, demasiado grande. Con demasiadas curvas, pero a veces quisiera tener unas buenas. Otras veces quisiera no tener ninguna. Mi rostro, odio mi rostro, no sé cómo soportan mirarme siquiera.
Odio el mero hecho de existir.
Odio recordar. Odio dormir para no pensar. Odio haber hecho daño y no poner las cosas en perspectiva. Odio tener miedo y que el tenerlo me haga actuar de mala manera.

Los días así son difíciles. Solo quiero quedarme en cama y luchar por no ahogarme.
Y respiro.
Y respiro.
Adentro.
Afuera.
Nunca es suficiente.

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