Y a veces me extraño.
Hay días, como hoy, en que el cielo está cubierto de nubes grises y tengo ganas de reír y llorar, ganas de estar con Liz o de estar con alguien con el que los veranos sean eternos.
Y recuerdo el otoño del 2012 y me (nos) extraño.
Y recuerdo el invierno del 2012 y quiero llorar.
Y recuerdo el verano del 2013 y quiero regresar.
Porque mi mejor amiga fue la pantalla del computador y mis enemigos fueron los complejos y aprendí a convivir con ellos.
Porque hay tantas canciones en esos momentos que cada vez que las escucho en la radio, escucho como algo se rompe en mi.
Porque siempre me la paso extrañando cosas pasadas y me lastima no poder regresar. Pero sé que duraron el tiempo que tenían que durar.
Pero ahora solo veo como el humo se escapa de entre mis labios. Y veo a las personas caminar felices por la plaza. Y Liz está a mi lado y no puedo echarme a llorar por cosas perdidas.
Pero está ese anhelo de conocer personas que me hagan sentir infinita. Porque quiero conocer lo que se siente tener ese verano. Ese verano que te cambia y te hace feliz.
Y recuesto mi cabeza en el hombro de Liz y ella dice alguna estupidez y soltamos a reír.
-Forever young, I want to be forever young, do you really want to live forever, forever and ever?
-Oh dios mío, cállate.
-Así me amas.
-Claro que sí, idiota.
No hay comentarios:
Publicar un comentario