Sobre cambiar, cuentas regresivas y dejar ir.

Well some nights, I wish that this all would end
'Cause I could use some friends for a change
And some nights, I'm scared you'll forget me again
Some nights, I always win, I always win

Some nights - Fun.
(Ya es tradición también).

De vuelta aquí, la inevitable línea final de este capítulo. No he estado aquí tanto como me gustaría y he descuidado las entradas que hago por tradición en este sitio, no sé si eso es bueno o malo, aún trato de averiguarlo.

Pasaron muchas cosas entre el año pasado y este, recaí en mi desorden alimenticio y la culpa y la vergüenza nunca se irán, porque siento que no es válido que lo tenga cuando ni siquiera estoy en los huesos (vaya pendejada, es válido, lo sé, pero a mi mente le encanta joderme la existencia), fueron meses horribles y oscuros. Bajé mucho de peso, sí, pero no de la manera correcta ni con la mentalidad adecuada, traté de recuperarme y aún lo trato de hacer pero es una lucha que me cuesta cada día desde el momento en que me levanto hasta el momento en que voy a dormir. 

Retomé relaciones que no debí retomar solo porque no sé como lidiar con la soledad ni como no dejar que mis emociones controlen mis decisiones. Dejé amistades y me alejé de personas porque no podían respetar como me sentía y no porque fueran malas personas, solamente que nuestras vidas ya no congeniaban.

Mi familia cambió poco a poco su forma de vivir y parecen felices con ello, me alegro, porque llevé años ese peso en mi pecho, aunque me llenó de más frustración de la que ya tenía, mi peso seguía estancado aunque hubiera entrado a spinning (6 meses, pero tuve que dejarlo porque el instructor falleció) y box (solamente 2 meses, porque terminé con moretones en la cara y mi madre pegó el grito al cielo), entonces regresé a spinning, solamente que en otro lugar, me sorprende que me guste tanto aunque mi mente me siga atacando porque el número en la escala no cambia, mas en la cinta métrica descienden.

Entré a un curso de lenguaje de señas los viernes y la vida decidió que era momento de traer a Vino y bombones de nuevo a mi vida, estamos aprendiendo a convivir después del desastre de diciembre el año pasado y hay semanas sin comunicación, pero está bien, simplemente ya no es nuestro lugar, creo, no lo sé.
Aprendimos las cosas básicas y me gustó mucho, es algo que siempre he querido aprender y por fin tuve la oportunidad, en enero espero regresar para el siguiente nivel.

A parte de Vino y bombones regresando a mi vida, volvieron otras 2 con las que también tengo historia, pero esta situación me tiene con tantas heridas y cansancio que ya no me importa, me duele, pero darles lugar en mi vida después de tanto dolor emocional me emputa. No lo merecen, se equivocaron y está bien, somos humanos, pero no es justo.

Y así como dejé amistades y me alejé de personas, me acerqué a muchas otras con las que no pensé que encajara (y que aún lo creo), pero demostraron estar ahí y doy gracias a cualquier deidad por permitirme conocerlas, me han recargado el corazón con muchas risas.

Estos dos años (?) estuvieron llenos de muchos cambios y me aterroriza saber que el que viene tendrá más, sobre todo porque caímos en cuenta de que estamos a la mitad para terminar la carrera y me llena de tanta ansiedad que quiero vomitar de solo pensarlo. Creo que el tiempo se está pasando muy rápido y no sé como seguirle el paso.

Estoy creciendo y no puedo creer que llegué hasta aquí.
Trato de mejorar, trato de darme ánimos para buscar ayuda (quiero poder ser valiente para ir), trato de no caer al fondo, aunque sea una lucha constante.

Pero, por favor, recuerda que nada dura para siempre, ni lo bueno ni lo malo y tenemos que aprender a disfrutar de eso. Disfruta de todo momento, bueno o malo, tiene una razón y una enseñanza, pero al final todo saldrá bien.
Ríete a carcajadas, ve a viajes por carretera, canta con fuerza, lee, cocina, abraza y recarga tu corazón con el del otro. Te lo mereces.
Ámate, porque estarás contigo toda tu vida, cuida de ti mismo. Recuerda que no hay nada malo contigo, en lo absoluto. Tenemos mucha vida por delante.
Nunca te rindas, no tengas miedo del cambio,  a crecer y evolucionar. Por favor, sigue adelante.
Tú puedes.

"...¿Y si todavía no hubiéramos visto lo mejor de nosotros?"

- Ben Alejo,

¿Y si fuéramos nosotros?, Becky Albertalli y Adam Silvera.

Pd. Gracias por otro año más, para mí y para quien quiera que aún lea esto.

This is the New Year
A new beginning
You made a promise
You are the brightest
We are the voices
This is a New Year
We are the voices
This is a New Year

This is the new year - Glee
(No lo sé, pero supongo que ya también es tradición, ¿no?).

Otro otoño más.

4 a.m.
Esa es la diferencia de este año y de este otoño.
No hay cortinas meciéndose, ni luces de navidad encendidas (en su lugar es la lámpara de lava) y Yellow de Coldplay suena en mis auriculares.

No sé que sentir, me gustaría que este día hubiera sido diferente, me gustaría haber solo hecho la cena en casa de mis abuelos y ya, regresar a casa y dormir.

El cumpleaños de mi amiga S es un día después del mío, este año ambos caían en fin de semana y sugirió que lo festejaramos juntas yendo de antro (algo que solemos hacer la mayoría de los viernes). El día empezó bien, mi amiga K me acompañó a comprar cosas de maquillaje para que pudiera ayudarme con el desastre que es mi rostro, lo malo comenzó en la cena.

Odio maquillarme, sobre todo porque me hace sentir una inseguridad más grande de la que siento normalmente, además de que mi madre no me dejó sentarme más de 5 minutos para atender a mi familia, los pies me mataban.

Desde temprano comencé a desear no haber invitado a nadie, se presentaron 3 amigas, pero deseaba estar solx, deseaba comerme mis sentimientos y no tener que lidiar con interacciones sociales.

En el antro fue como cualquier otro viernes, no fue nada especial, no quería estar ahí, quería estar en casa donde nadie podría verme.
Había mucha gente, el espacio era reducido y en algún punto me comenzó a faltar el aire.
Ojalá no hubiera ido.

Simplemente es un día más, simplemente mi mente ha asociado que el sentir ilusión es sinónimo de decepción y se niega a sentirla, se niega a ilusionarse incluso porque cumplo años.

Claro que aprecio el sentimiento y el detalle de que estuvieran conmigo, porque mi familia siempre está y mis amigos, a veces, pero desearía haberme quedado en casa y haberme vestido con jeans, suéter y mis converse negros. No tener que vestirme bonito ni usar maquillaje, no soy yo, aunque quisiera. Siento que no lo merezco.

Nunca creí que llegaría tan lejos, nunca creí que seguiría en esta constante batalla que es la vida.

Pero este día solo quería quedarme en casa, comer pastel y simplemente leer. No disfrute la salida, el baile y ni el alcohol, fue simplemente una salida más, ¿dónde estaba lo especial? ¿Qué sentimiento era el que S quería que sintiera y que no pude? Es que simplemente hace ya un tiempo que me encuentro sumergidx en este océano, donde cada vez que logro salir a la superficie, una ola viene y me entierra en la zona abismal de nuevo.

¿Cómo puedo llegar a los 20 años y seguir sintiéndome así?

Cuando llegué a casa, con los pies matándome y aún sintiendo vergüenza por mi aspecto, volví a decidir que el año que viene simplemente seríamos mi familia y yo (y pensar en eso simplemente me abrumó por todo lo que pasará durante ese año).

Comeremos pastel, leeré un poco, escucharé a Adele y dormiré.
Simplemente es otro día.

Submarinos de fresa y cigarros.

Lleva tiempo invadiéndome la nostalgia de ese día, cuando los miércoles eran libres y podíamos vernos antes del fin de semana.

Cuando nos escapábamos al centro desde temprano, tomábamos café, un licuado o desayunábamos en algún pequeño restaurante con lo poco que ahorrábamos durante la semana, me acuerdo de la emoción de ir tan temprano cuando todos los demás estaban en clase o trabajando.

Comenzaba a hacer frío, siendo apenas noviembre, el sol no lastimaba tanto y había ferias de libro por todos lados. Llevábamos suéter, recorrimos todo el centro, entramos a tiendas, vi el libro que querías y por el cual pensaba regresar después, había pasado tu cumpleaños hace unos días y no sabía que darte.

Me acuerdo de sentarnos en la barra detrás del kiosko en el malecón, de ver el mar y el cielo despejado, tú a mi lado con tu cajetilla y el encendedor azul cielo que tanto me gustaba, yo riéndome porque el viento no te dejaba encender el cigarro mientras nos alborotaba el cabello.

Me acuerdo de abrir los submarinos de fresa que compraste en la tienda antes de subir al camión cuando salimos de casa, de compartirlos y pensar que no había nada mejor que eso.

Han pasado 334 días desde aquella vez, desde esa mañana frente al mar, con tus cigarros y los submarinos.

Una vez dijiste que nos extrañabas, ¿qué pasa cuándo ahora parece que soy solo yo quién lo hace?

                                  

i'll go back to the city lights.

Por fin dejábamos atrás el mar azul y el sol, J aceleró el jeep y alzamos nuestras manos al aire tratando de tomar más de esa libertad que se nos ofrecía, la música del radio daba vueltas con el viento y F cantaba con él.
En los asientos traseros estábamos R y yo, riéndonos a carcajadas y robando los últimos pedazos de pizza, en ese momento no nos importaba que los asientos estaban llenos de arena (después de que el auto se atascó y tuvimos que hacer malabares para salir de ese hoyo) ni que nuestras mochilas tuvieran hormigas, lo que importaba era el ahora.

Había olvidado lo que era sentirse así.

Era esto, enamorarse de nuevo del momento, de encontrar personas que te respaldan y a las que tú respaldas, de poder sentir que todo continúa y que es por ese tipo de momentos que tienes que seguir aquí.

No importan los días donde no podía levantarme de la cama, que no podía hacer más que dormir y era un esfuerzo enorme cepillarme los dientes y mi cabello parecía un nido de pájaros, fue esperar bajo la lluvia hasta que el silver lining se asomó de entre las nubes.

Y gritamos, gritamos hasta más no poder, hasta sentir la garganta a carne viva, la carretera se extendía frente a nosotros, con el cabello lleno de arena, los labios salados y la piel dorada. mientras el jeep aceleraba y se adueñaba de la carretera y las curvas, era verano y por primera vez, no sentía su olvido.


                         

tres.

Hace mucho no me permitía sentirme así, hace tiempo que no te dejaba entrar y hace semanas me prometí no dejarte abrir la herida de nuevo.
No quiero sentirme así, no quiero pensar, quiero dejar de llorar.
No tengo a nadie con quien hablarlo, con quien llorarlo, no quiero molestar a la misma gente siempre.
Estoy cansada de parecer un disco rayado.

Estoy cansada de llorarte, estoy cansada de esta situación de "sí, pero no" y de ser tu servilleta con la que te secas las lágrimas, ¿de verdad me quieres o simplemente soy con quien te desahogas?
Yo sé que es difícil y jodido sentirse solo, querer desaparecer, sentirse culpable por no haber querido como se debe a alguien que murió, pero no puedes estancarte de esa manera.
No puedo volver a estancarme contigo, no quiero ser de nuevo esa persona que trata de animar a los demás, no quiero cargar con los problemas emocionales de otra persona otra vez, de ser yo quien nos sostiene, de ser la que trata de pensar positivo, la que no puede tener problemas y a la que no puedes escuchar porque prefieres hablar de otras cosas.

Quiero compartir la carga emocional, quiero poderte hablar de mis cosas sin sentir que no te interesan, sin sentir que me quedo con cosas que decir, no quiero sentir que no funcionamos, joder.

Ese es mi miedo. Eso es de lo que estoy asustada.

De quererte tanto, de que me duelas tanto
y de aceptar que no funcionamos.

1, 460 días.

No puedo creer que sean 4 años, que no te veo en las reuniones ni escucho tu voz.
Extraño verte sentada en ese sillón, extraño a Choco y hasta extraño los pequeños manteles que picaban.
Tus figuras de los abuelitos en la repisa de la sala, las campanas de viento con caracolas colgadas en el porche, tu pequeña cocina y la TV sin cable.

Mi padre no fue a misa de nuevo, pero mi tía y tío sí.
Creo que mi padre nunca sabrá como lidiar con tu ausencia, creo que ninguno de ellos sabe como hacerlo.

A veces creo que no tengo el derecho a llorarte ni a extrañarte, a veces siento que nada fue suficiente y nada nunca lo será, desearía haber hecho más.
Sigo recordando ese último viaje de carretera y te sigo viendo a mi lado, mirando por la ventana con el viento agitando tu cabello, recuerdo tu figura volviéndose cada vez más pequeña, más frágil.

Recuerdo cada reunión, cada palmada que dabas y cada baile que tus pies hacían, trato de seguir recordando las notas de tu voz, recuerdo tu fotografía y tu rostro está a la mitad de una carcajada, a la mitad de la vida, a la mitad de toda una felicidad.

Te amo.
Te extraño.
Gracias por tanto, perdón por tan poco.
Espero sigas riendo y bailando con todos ellos.
Te amo.
Te amo.

we can make it so divine.

El coche iba a toda velocidad, el sunroof abierto, la música a todo volumen y las curvas oscuras de la costa frente a nosotros.

3 A.M. y podía sentir la eternidad corriendo por mis venas, la luna grande y redonda se asomaba por el sunroof y las estrellas brillantes a su alrededor me hacían sentir insignificante, podía ver claramente donde se llegaban a formar constelaciones y el viento helado azotando nuestras mejillas.

Era esto, estos momentos efímeros bajo la enorme estela de estrellas y que nadie más lo sabía o lo ignoraba, quería quedarme en ese lugar para siempre, quería ignorar como estaban cambiando las cosas, que el verano se acercaba cada vez más y como faltaba una semana para su aniversario.

Quería sacar la mano por el sunroof y tocar las estrellas, quería conducir por esas curvas para siempre y sentir que la vida me consumía en una calada.

I don't wanna miss a thing.

Era inmenso, todo el cielo nocturno se extendía sobre nosotros. Estaba despejado, la luna en lo alto y las estrellas a su alrededor, detuve mi andar y metí mis manos en la bolsa de mi suéter, respiré hondo.
Era increíble estar debajo de un espectáculo así, de poder ver las estrellas con tal claridad, de sentir el viento helado golpear mis mejillas y de ver las fogatas que las familias habían comenzado.

Los murmullos, el olor a chocolate caliente y el sabor de los malvaviscos derretidos en las puntas de los dedos, la luz de la luna iluminando el campo abierto entre las casas de campaña y el tímido sonido de las olas del mar.

La noche había caído lentamente, la luna rojiza abriéndose paso desde el horizonte, alzándose poco a poco, se veía enorme, majestuosa. Las familias se reunían a la orilla del mar, los niños alzaban sus manos y parecían que la rosaban con sus dedos, parecía importante que pudieran experimentar algo así en una casi jungla de asfalto.

Las mesas estaban llenas de cartas, de monedas de un peso, de personas gritando "¡Lotería!", de los sonidos de los manotazos cuando alguien gritaba "¡Cinco!" y dicha carta salía, de personas que no querían parpadear por temor de perderse un minuto de esta pequeña paz que vivían.
Las personas cantaban, tocaban la guitarra, se reían y se burlaban entre ellas, los pequeños caían rendidos después de pasar el día bajo el sol y en el mar tornando su piel dorada y salada.

Era detenerse y pensar, mientras trataba de absorber toda la vida que estaba pasando en ese lugar, que estos momentos son los que importan, esa libertad no se encuentra en cualquier lugar, que debajo de ese cielo despejado y estrellado estábamos experimentando un tipo de felicidad que solo se da contadas veces en la vida.

Espero logres sentirlo alguna vez.

Priorities.

Asusta saber que tus prioridades han cambiado, que los planes que hiciste desde hace años no te causan la misma emoción o ya ni siquiera los contemplas para un futuro cercano.
Y asusta saber que cambiaste tanto, que esa persona que tenía todos esos planes ya no está y que las personas con las que planeabas hacerlos, tampoco estén.

Crecer es confuso, empezar a trabajar en tus cosas en lugar de sólo llorar por ellas es confuso y me aterra, porque estancarse es posible, pero ya no es una opción viable.
Si no cambio, me extinguiré (a pesar de que era lo que más quería hasta hace tiempo) y no creo que extinguirme solucione mis problemas, solamente hará que se sienten en mi sala a esperarme con una luz encendida.
Asusta darte cuenta que la vida te está consumiendo y no tienes tiempo para hacer algunas de las cosas que te gustaban, de que la vida se va haciendo cada vez más difícil y solo quieres retroceder el tiempo a aquellos días cuando corrías con tus primos por el patio de tu abuela lanzándose globos con agua.

Las ojeras en tus ojos se hacen cada vez más grandes, a veces sientes que ves todo tu día en pequeños cortes: despertar, universidad, clases, notas, la fruta del día, llegar a casa, adelantar tareas, ir a spinning, regresar a casa, continuar con tareas e ir a la cama. Entonces, hacer todo de nuevo. Es raro, ese sentimiento que te ataca mientras bajas por las escaleras, que de repente te das cuenta que pasó una semana estresante más y no lo notaste y cuando menos te das cuenta, comenzó otra semana y entonces ya pasaron 3 meses que volviste a la universidad.

Te das cuenta que la vida se está pasando en un abrir y cerrar de ojos, que tu hermana ya no te llega a la barbilla, sino que está de tu altura, que tu madre tiene más arrugas alrededor de los ojos y la barba de tu padre es cada vez más blanca. Que ya no tienes 14-16 años, ya no saltas con tu mejor amiga por toda tu habitación mientras cantan Forever Young y ahora planean ir a comprar ropa para el bebé que ella espera, la sensación de querer desaparecer tan urgentemente ya no te consume y esa persona que tanto te lastimó ya no tiene entrada en tu alma.

Las prioridades cambian porque las personas lo hacen, no podemos detener la vida. Solo queda disfrutar de ese abrir y cerrar de ojos.

                                       

Segundo round.

Las peleas contra ciertos demonios son difíciles, son largas y parece que a pesar de haber ganado, realmente nunca dejas de pelear contra ellos.

Ya no hay colillas de cigarro por la casa, ni mis abuelos preguntando donde está y mi sobrino no deja de repetir su nombre cuando nos visita y ve su foto. Te rompe el corazón, ver tanto amor en un cuerpo tan pequeño, pero también te llena de enojo saber que eso no fue suficiente para que él no se dejara atrapar por eso que le estaba quitando la vida lentamente.

Entonces viene la culpa, porque se requiere una fuerza inconmensurable para no caer y todos podíamos ver lo agotado que estaba.

Ahora está peleando de nuevo, solo que esta vez requerirá más tiempo lejos.

Lo recibiremos con sonrisas y abrazos, porque va a ganar.
Lo hará.

Band-aids.

Es realmente difícil distinguir entre esas delgadas líneas: sanar, realmente sanar o distraerse y dejarse llevar por la vida.

No sé si me estoy perdiendo, si estoy siguiendo adelante (o si lo estoy haciendo siquiera, ¿seguir adelante se siente así?) o si estoy cambiando y si lo estoy haciendo, ¿es para bien o para mal?
Porque ahora hay cosas que me duelen menos, cuando en el pasado me dejaban sangrando en medio del camino, ahora creo que solo me abren una pequeña herida pero me permiten seguir adelante, incluso con el dolor punzante.

Me alejé de muchas personas y no hablamos más, creo que la vida se siente un poco más ligera, pero eso no quita que haya días en que la tristeza me invada por las amistades perdidas, por todos esos años, por todos esos recuerdos que simplemente quedarán como fotografías y que no sé si quitarlas de mi pared, ¿se considera ese el punto final? ¿ya no hay marcha atrás?

Creo que no podría hacerlo aunque quisiera, creo que hay demasiado desinterés y que incluso si quisiéramos ocultar nuestras heridas, la sangre lo seguiría manchando todo. No es que sean villanos, ni que yo sea víctima, simplemente somos humanos y como tal, hemos de cometer errores.

Claro que me llena de tristeza, claro que mi risa ha cambiado y que aprendí a callarme más cosas, porque parece que la lección que todos quieren que me tatúe en la frente es que debo quedarme con ciertas cosas dentro, para después tomarme de los hombros y sacudirme fuerte, gritando "¡Habla, dí como te sientes!" y entonces, la parte de mí que es vengativa, disfruta de mirarlos fijo y mantener la boca cerrada.

Algo ha cambiado, pero a la vez todo sigue igual, no sé como separar los cambios y no sé como hacer que esos me motiven. No me he dejado derrumbar, a pesar de que hay días en los que el alma me pesa, en los que los "no puedo" son más que los "sí puedo", (¿es esto crecer o es resignación?) Sigo levantándome de la cama aunque todo lo demás me diga "no", porque sé que si me dejo caer será difícil volver a levantarme.

Vivo con el miedo de que un día, a la mitad de mi vida, la tristeza se deje venir encima y me dé cuenta de que realmente las heridas nunca cerraron y que las banditas de colores me lo habían ocultado.

Pero lo hiciste.

Es el tono burlón, las palabras, la pregunta y la mirada que me dio de arriba abajo.
Fueron las lágrimas picándome los ojos, la vergüenza y las náuseas.
Las ganas de irme, de esconderme y la humillación.
Fue mi respuesta con un nudo en la garganta, mi asentimiento, y mis uñas anhelando sacarme sangre de los brazos.
Fueron todos mis días desde los 13 hasta el día de hoy sin comer, fueron todos esos colapsos y llantos en los probadores de las tiendas, fueron todos esos días sin salir de mi casa por vergüenza y asco de mi cuerpo.
Todas las oportunidades que dejé ir, porque no quería que me vieran, que se asquearan. El carácter de mierda que adopté, las costumbres que están matando mi cuerpo.

No tenías que hacerlo, ¿sabes?
No tenían que hacerse los chistosos, no tenías porque mirarme de arriba abajo, no tenías porque burlarte, no tenías porque ser un imbécil.
Pero lo hiciste.

Sé que no tendría que dejar que me afecte, pero lo hace, porque es algo con lo que vengo luchando desde hace años.
Pero no tenías que hacerlo.

De verdad que no.

Tú. Yo.

Lo siento, lo siento por ser como soy. Lo siento por ti, por caer por alguien como yo.
Siento tener este mar en mi cabeza, lo siento por nunca ver su final o por siempre dejarlo ahogarme.
Perdón por las idas a la playa, por esos atardeceres compartidos en la arena, no los merezco.
Tampoco merezco los mensajes, ni los abrazos ni los besos. Ni siquiera tu comprensión o tu paciencia.

Perdón por no terminar de madurar o "preferir seguir alejando a la gente a lo pendejo", como dijiste.
Perdón porque la aceptación y la relación con mi madre tienen mucho peso en mí, por dejarla encadenarme, por ser cobarde. Perdón por el nudo en la garganta o por el miedo o por el pánico que se apodera de mí cuando pienso en sincerarme con ella.  Perdón por dejarla manipularme.

Es tu madre, pero es tu vida, sí, lo sé, puta madre que lo sé, pero eso no se deshace del miedo y del pánico.

Perdón por hacerte perder el tiempo, perdón por tener una imagen tan mala de mí, estoy tratando de cambiar eso.
Lo siento por exagerar siempre, lo siento por dudar y preocuparme de todo, lo siento por tratar de hacer de mí vida una historia trágica como las que me encanta leer.
Perdón por sentir que mis sentimientos y mis pensamientos no son válidos, perdón por tener tanto miedo de dejar que alguien vuelva a entrar. Perdón por dejar que eso me controle.

Perdón por desear recargar mi cabeza contra tu nuca, mientras te sientas 2 asientos delante de mí en la única clase que, para nuestra mala o buena suerte, compartimos. Perdón por aún querer ir hacia ti y reírme de lo que sea que hayas dicho, perdón por querer caminar tan siquiera a tu lado. Perdón por tener esta maldita manera de sí un día, no al otro.Perdón por lastimarte, por meter el dedo en la llaga constantemente. No sé que hacer.

No sé que hacer, no sé como arreglar esto, no sé si debo hacerlo.
Aún trato de descubrirlo, lo siento.

días nuevos

Han sido días buenos,
he llegado con esas nuevas personas
y desde las 7 am me duele el estómago por la risa
que siento motivación como antes
llego a casa y le cuento a mi madre entre risas mi día
las clases son tediosas y me aterran, pero no dejo que me tumbe

aún así, tengo miedo
miedo de que ese sentimiento se acabe
que la pesadez de mi existencia me ancle al suelo de nuevo
siento que estoy tratando de absorber todo a la vez
que el mundo gira y gira y no logro ponerme a su paso