i (III)
Recuesta su cabeza en mi hombro,
y compartimos auriculares,
y me pregunto si le quería.
Mi respuesta fue si,
y me dijo que también me quería.
Y a veces le veo triste,
y le abrazo.
Fuerte.
Y me devuelve el abrazo con la misma intensidad.
Y hace alguna travesura o tontería,
y soltamos carcajadas.
Y vuelve a recostar su cabeza en mi hombro,
y vuelve a decirme que me quiere.
Y le respondo que yo también.
Y apoyo mi cabeza en la suya.
Me dice que le gusta mi estatura,
porque así puede pasar su brazo fácilmente sobre mis hombros,
y yo puedo pasar mi brazo por su cintura.
Sé que es sensible,
mucho.
Y sé que lo esconde,
aunque resulte imposible.
Sé que se preocupa por todo,
aunque quiera demostrar que no.
Pero yo le quiero así.
Pensé que le había perdido,
y en realidad,
siempre siguió conmigo.
Y lo descubrí cuando más necesitaba a alguien.
Y en el coche, de regreso a casa,
mientras sentimos que no podemos más con nuestros cuerpos,
recuesta su cabeza en mi hombro,
toma mi iPod y selecciona una canción.
Me da un auricular y recuesta su cabeza en mi hombro,
y yo apoyo mi cabeza en la suya.
Dice mi nombre con esa vocecita tierna que tiene,
y me pregunta si le quiero.
Y contesto que sí.
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