sábado, 25 de octubre de 2014

Rosalinda.

Para Rosalinda, aunque nunca leas esto.


Déjame decirte que me encantó saber cada historia detrás de tus arrugas, que me encantó escucharte reír por las cosas que hacías en tu juventud, amé la forma de la que hablas de tu esposo, con tanto amor en tus ojos y una sonrisa en tu boca. 

Que tu cuerpo pueda hacerles creer a los demás que tienes 67 años, pero tu alma y tu forma de ser demuestran que sigues siendo aún más joven que nosotros. 
Que no cualquiera hubiera contado su historia a un grupo de chicos que no pasan de los 15 o 16 años, que fueron al cine a ver una película de terror. No cualquiera, pero está claro que tú eres la excepción. Los ademanes, tu sonrisa, tu voz recordando momentos que te hicieron feliz fue la forma más perfecta de terminar la velada.
La manera en que nos escuchaste, en la que nos reímos contigo, cuando todos nos derretíamos de la ternura por lo que nos contabas.
El orgullo en tus ojos cuando hablaste de tus hijos y nietos, y cuando hablaste de tu hogar y de todo lo que hacías con tu ahora esposo y tus amigos.

El amor entre tu esposo y tú, después de casi 50 años que sigue siendo como el primer día, con sus subidas y bajadas, con sus berrinches, y aún así tú sigues sonriendo de esa manera tan bella mientras nos hablabas sobre él. Nos hablabas de un tipo de amor casi extinto, no ahora que cualquier cosa separa corazones. Nos hablabas de un tipo de amor que nosotros queremos, que todos anhelamos. Levantarnos una mañana, darnos cuenta de que hemos pasado casi 50 años junto a la misma persona y seguimos amándolo como el primer día. 

"A veces le veo, le acaricio el cabello canoso y le beso, no importa si él está dormido, leyendo, en internet, y él me pregunta que me pasa y le contesto que nada, que simplemente tenía ganas de decirle que lo amo. Por las mañanas nos levantamos y él me da un beso y me dice que me ama y me sonríe. Cuando hace frío me pone los calcetines y me acomoda las almohadas. Y no importa que no hagamos el amor, no, el amor no es solo físico, nos amamos y nos lo seguimos demostrando día a día. 
Nunca me ha dicho no a nada, nunca me ha pedido que cambie mi forma de ser, él siempre ha estado a mi lado, es mi compañero, aunque los primeros años de matrimonio se los haya pasado navegando, yo lo amaba y sabía a lo que me enfrentaba si me casaba con él. Lo amo desde hace casi 50 años." 

"Una vez, cuando él se había ido a navegar, yo salí con una amiga, estábamos en el cine al que siempre íbamos...¿y alguna vez les ha pasado que aman tanto a alguien que aunque no lo vean, sienten su presencia? Entonces, yo miré hacia a un lado. Y ahí estaba él."


"Si la vida fuera toda felicidad, sería demasiado fácil, sería muy aburrida. Siempre habrá subidas y bajadas, y siempre habrá que volver a subir, no importa qué."

Un placer conocerte, porque deberían de haber más personas como tú en el mundo, porque eres una persona tan alegre y vivaz, porque tus historias se escapan de tu piel y se arrastran por la nuestra. Porque nos hablaste de ese tipo de amor que ya no existe más que en nuestros abuelos, porque los ojos te brillan cada que hablas de él, de tu "flaco", como tú le llamas. 

Nunca verás esto, pero no me cansaré de decirte que fue un placer, un verdadero placer conocerte, sentarnos contigo esa noche fresca un día de Octubre. 

Espero que la vida siga tratándote bien y que nunca dejes de ser tan joven, tan alegre. Tan infinita. 



Sarai.



No hay comentarios:

Publicar un comentario