Es una palabra pequeñita, que desde niña me han dicho, que siempre la he tenido grabada en mi.
Son cuatro letras, asociadas con cosas de gran peso.
Una palabra pequeñita que viniendo de alguien que quiero mucho, duele.
Y aunque yo sé que estoy haciendo algo para dejar de pensar así de mí, que estoy haciendo algo para cambiar y alejarme de ese lugar, me sigue afectando.
Cuatro letras que siempre he odiado.
Me digo a mí misma que no debería de darle importancia, que ella lo dice por decir y no con intención de herir.
Pero lo hace.
Nunca han dejado de herir todo a su paso.
«Para aquellos que creen que todo el mundo merece un final feliz. Esto es para ti.»
viernes, 31 de octubre de 2014
sábado, 25 de octubre de 2014
Sin vista al futuro.
No tengo idea de que voy a hacer en el futuro.
No tengo idea de qué voy a estudiar.
No me veo parada frente a una clase entera de niños o adolescentes.
No me veo en una oficina, no me veo escribiendo documentos.
No tengo idea de que voy a hacer ni siquiera el próximo viernes o cualquier otro día de la semana.
Y me da algo de pánico, ¿saben? Porque es mi último año y todos saben a que escuela van a ir y a cual van a ir después de esa. Todos me preguntan que carrera quiero estudiar y siempre contesto lo más seguro. La respuesta más ensayada de mi corta vida.
Y la verdad es que no soy buena en nada, no tengo ninguna habilidad, ningún talento. Porque ni siquiera soy sociable, no sé hacer amigos con facilidad, no destaco en nada que me "abra las puertas" ni vengo de una familia importante o con contactos.
Solo soy yo. Tan simple y ordinaria.
Me dicen que piense en mi futuro, pero la verdad es que desde hace tiempo que no me imagino mi futuro. De verdad. Puedo imaginarme que haré mañana o en unas horas, pero no puedo imaginármelo.
Puedo imaginarme como quiero que sea mi vida, puedo imaginarme todo lo que quiero hacer, puedo imaginarme que lugares quiero visitar, puedo imaginarme viajes en la carretera y cosas que me dejarán recuerdos inevitables, pero no puedo imaginarme mi futuro.
Y como he escrito más arriba, me da pánico porque todos parecen saber que van a hacer de sus vidas, y yo simplemente quiero ver series y escuchar música.
Quisiera imaginarme un futuro, quisiera que mis sueños algún día dejen de ser sueños.
Pero siempre habrá gente que nos haga estrellarnos contra la "realidad".
Rosalinda.
Para Rosalinda, aunque nunca leas esto.
Déjame decirte que me encantó saber cada historia detrás de tus arrugas, que me encantó escucharte reír por las cosas que hacías en tu juventud, amé la forma de la que hablas de tu esposo, con tanto amor en tus ojos y una sonrisa en tu boca.
Que tu cuerpo pueda hacerles creer a los demás que tienes 67 años, pero tu alma y tu forma de ser demuestran que sigues siendo aún más joven que nosotros.
Que no cualquiera hubiera contado su historia a un grupo de chicos que no pasan de los 15 o 16 años, que fueron al cine a ver una película de terror. No cualquiera, pero está claro que tú eres la excepción. Los ademanes, tu sonrisa, tu voz recordando momentos que te hicieron feliz fue la forma más perfecta de terminar la velada.
La manera en que nos escuchaste, en la que nos reímos contigo, cuando todos nos derretíamos de la ternura por lo que nos contabas.
El orgullo en tus ojos cuando hablaste de tus hijos y nietos, y cuando hablaste de tu hogar y de todo lo que hacías con tu ahora esposo y tus amigos.
El amor entre tu esposo y tú, después de casi 50 años que sigue siendo como el primer día, con sus subidas y bajadas, con sus berrinches, y aún así tú sigues sonriendo de esa manera tan bella mientras nos hablabas sobre él. Nos hablabas de un tipo de amor casi extinto, no ahora que cualquier cosa separa corazones. Nos hablabas de un tipo de amor que nosotros queremos, que todos anhelamos. Levantarnos una mañana, darnos cuenta de que hemos pasado casi 50 años junto a la misma persona y seguimos amándolo como el primer día.
"A veces le veo, le acaricio el cabello canoso y le beso, no importa si él está dormido, leyendo, en internet, y él me pregunta que me pasa y le contesto que nada, que simplemente tenía ganas de decirle que lo amo. Por las mañanas nos levantamos y él me da un beso y me dice que me ama y me sonríe. Cuando hace frío me pone los calcetines y me acomoda las almohadas. Y no importa que no hagamos el amor, no, el amor no es solo físico, nos amamos y nos lo seguimos demostrando día a día.
Nunca me ha dicho no a nada, nunca me ha pedido que cambie mi forma de ser, él siempre ha estado a mi lado, es mi compañero, aunque los primeros años de matrimonio se los haya pasado navegando, yo lo amaba y sabía a lo que me enfrentaba si me casaba con él. Lo amo desde hace casi 50 años."
"Una vez, cuando él se había ido a navegar, yo salí con una amiga, estábamos en el cine al que siempre íbamos...¿y alguna vez les ha pasado que aman tanto a alguien que aunque no lo vean, sienten su presencia? Entonces, yo miré hacia a un lado. Y ahí estaba él."
"Si la vida fuera toda felicidad, sería demasiado fácil, sería muy aburrida. Siempre habrá subidas y bajadas, y siempre habrá que volver a subir, no importa qué."
Un placer conocerte, porque deberían de haber más personas como tú en el mundo, porque eres una persona tan alegre y vivaz, porque tus historias se escapan de tu piel y se arrastran por la nuestra. Porque nos hablaste de ese tipo de amor que ya no existe más que en nuestros abuelos, porque los ojos te brillan cada que hablas de él, de tu "flaco", como tú le llamas.
Nunca verás esto, pero no me cansaré de decirte que fue un placer, un verdadero placer conocerte, sentarnos contigo esa noche fresca un día de Octubre.
Espero que la vida siga tratándote bien y que nunca dejes de ser tan joven, tan alegre. Tan infinita.
Déjame decirte que me encantó saber cada historia detrás de tus arrugas, que me encantó escucharte reír por las cosas que hacías en tu juventud, amé la forma de la que hablas de tu esposo, con tanto amor en tus ojos y una sonrisa en tu boca.
Que tu cuerpo pueda hacerles creer a los demás que tienes 67 años, pero tu alma y tu forma de ser demuestran que sigues siendo aún más joven que nosotros.
Que no cualquiera hubiera contado su historia a un grupo de chicos que no pasan de los 15 o 16 años, que fueron al cine a ver una película de terror. No cualquiera, pero está claro que tú eres la excepción. Los ademanes, tu sonrisa, tu voz recordando momentos que te hicieron feliz fue la forma más perfecta de terminar la velada.
La manera en que nos escuchaste, en la que nos reímos contigo, cuando todos nos derretíamos de la ternura por lo que nos contabas.
El orgullo en tus ojos cuando hablaste de tus hijos y nietos, y cuando hablaste de tu hogar y de todo lo que hacías con tu ahora esposo y tus amigos.
El amor entre tu esposo y tú, después de casi 50 años que sigue siendo como el primer día, con sus subidas y bajadas, con sus berrinches, y aún así tú sigues sonriendo de esa manera tan bella mientras nos hablabas sobre él. Nos hablabas de un tipo de amor casi extinto, no ahora que cualquier cosa separa corazones. Nos hablabas de un tipo de amor que nosotros queremos, que todos anhelamos. Levantarnos una mañana, darnos cuenta de que hemos pasado casi 50 años junto a la misma persona y seguimos amándolo como el primer día.
"A veces le veo, le acaricio el cabello canoso y le beso, no importa si él está dormido, leyendo, en internet, y él me pregunta que me pasa y le contesto que nada, que simplemente tenía ganas de decirle que lo amo. Por las mañanas nos levantamos y él me da un beso y me dice que me ama y me sonríe. Cuando hace frío me pone los calcetines y me acomoda las almohadas. Y no importa que no hagamos el amor, no, el amor no es solo físico, nos amamos y nos lo seguimos demostrando día a día.
Nunca me ha dicho no a nada, nunca me ha pedido que cambie mi forma de ser, él siempre ha estado a mi lado, es mi compañero, aunque los primeros años de matrimonio se los haya pasado navegando, yo lo amaba y sabía a lo que me enfrentaba si me casaba con él. Lo amo desde hace casi 50 años."
"Una vez, cuando él se había ido a navegar, yo salí con una amiga, estábamos en el cine al que siempre íbamos...¿y alguna vez les ha pasado que aman tanto a alguien que aunque no lo vean, sienten su presencia? Entonces, yo miré hacia a un lado. Y ahí estaba él."
"Si la vida fuera toda felicidad, sería demasiado fácil, sería muy aburrida. Siempre habrá subidas y bajadas, y siempre habrá que volver a subir, no importa qué."
Un placer conocerte, porque deberían de haber más personas como tú en el mundo, porque eres una persona tan alegre y vivaz, porque tus historias se escapan de tu piel y se arrastran por la nuestra. Porque nos hablaste de ese tipo de amor que ya no existe más que en nuestros abuelos, porque los ojos te brillan cada que hablas de él, de tu "flaco", como tú le llamas.
Nunca verás esto, pero no me cansaré de decirte que fue un placer, un verdadero placer conocerte, sentarnos contigo esa noche fresca un día de Octubre.
Espero que la vida siga tratándote bien y que nunca dejes de ser tan joven, tan alegre. Tan infinita.
domingo, 19 de octubre de 2014
No voy a prometerte.
Y no voy a prometerte que todo va a estar bien, porque va a ver veces en que el mundo va a querer hacerte mierda y nada va a estar bien.
No voy a prometerte que no vas a llorar, porque van a ver veces en el que llorarás tanto que sentirás que la cabeza te explotará.
No voy a prometerte que siempre va a haber alguien ahí para ti, porque van a ver veces en el que sólo tú estarás ahí para ti (y otras veces en las que ni siquiera tú estarás para ti).
No voy a prometerte que ellos siempre serán tus amigos, porque si no pierdes amigos, no estás creciendo.
No voy a prometerte que no vas a perder personas que amas, porque perder personas es parte de la vida.
No voy a prometerte que va a ver gente que te entienda, que te acepte, porque van a ver veces en el que te enfrentes a personas a las que no les gustan tus genes.
No voy a prometerte que enamorarte no va a doler, porque el amor es lanzarte al vacío con la esperanza de que alguien te atrape antes de estrellarte contra el suelo.
No voy a prometerte que nunca vas a estar triste, porque la vida no siempre es feliz.
No voy a prometerte que vas a amarte a ti mismo(a), porque van a ver veces en las que serás la persona que más odias.
Tampoco voy a prometerte que serás feliz, porque la vida es cruel.
Pero puedo decirte que todo eso va a pasar, puedo decirte que aunque te lancen rocas, aunque las voces en tu cabeza nunca se callen, aunque tengas ganas de romper cada espejo, aunque todos los días te levantes con los ojos rojos, hinchados, aunque quieras acabar con el dolor, puedo decirte que va a pasar. Puedo decirte que siempre volverás a tener esas horas oscuras, porque yo las tengo, porque todos las tenemos, puedo decirte que todo mejora. Porque tiene que hacerlo. Porque va a hacerlo. Espero.
No voy a prometerte que no vas a llorar, porque van a ver veces en el que llorarás tanto que sentirás que la cabeza te explotará.
No voy a prometerte que siempre va a haber alguien ahí para ti, porque van a ver veces en el que sólo tú estarás ahí para ti (y otras veces en las que ni siquiera tú estarás para ti).
No voy a prometerte que ellos siempre serán tus amigos, porque si no pierdes amigos, no estás creciendo.
No voy a prometerte que no vas a perder personas que amas, porque perder personas es parte de la vida.
No voy a prometerte que va a ver gente que te entienda, que te acepte, porque van a ver veces en el que te enfrentes a personas a las que no les gustan tus genes.
No voy a prometerte que enamorarte no va a doler, porque el amor es lanzarte al vacío con la esperanza de que alguien te atrape antes de estrellarte contra el suelo.
No voy a prometerte que nunca vas a estar triste, porque la vida no siempre es feliz.
No voy a prometerte que vas a amarte a ti mismo(a), porque van a ver veces en las que serás la persona que más odias.
Tampoco voy a prometerte que serás feliz, porque la vida es cruel.
Pero puedo decirte que todo eso va a pasar, puedo decirte que aunque te lancen rocas, aunque las voces en tu cabeza nunca se callen, aunque tengas ganas de romper cada espejo, aunque todos los días te levantes con los ojos rojos, hinchados, aunque quieras acabar con el dolor, puedo decirte que va a pasar. Puedo decirte que siempre volverás a tener esas horas oscuras, porque yo las tengo, porque todos las tenemos, puedo decirte que todo mejora. Porque tiene que hacerlo. Porque va a hacerlo. Espero.
domingo, 12 de octubre de 2014
20:54
Y entonces entendí que ya te habías ido mucho antes de venir despedirte.
viernes, 10 de octubre de 2014
Y contesto que si. i (III)
i (III)
Recuesta su cabeza en mi hombro,
y compartimos auriculares,
y me pregunto si le quería.
Mi respuesta fue si,
y me dijo que también me quería.
Y a veces le veo triste,
y le abrazo.
Fuerte.
Y me devuelve el abrazo con la misma intensidad.
Y hace alguna travesura o tontería,
y soltamos carcajadas.
Y vuelve a recostar su cabeza en mi hombro,
y vuelve a decirme que me quiere.
Y le respondo que yo también.
Y apoyo mi cabeza en la suya.
Me dice que le gusta mi estatura,
porque así puede pasar su brazo fácilmente sobre mis hombros,
y yo puedo pasar mi brazo por su cintura.
Sé que es sensible,
mucho.
Y sé que lo esconde,
aunque resulte imposible.
Sé que se preocupa por todo,
aunque quiera demostrar que no.
Pero yo le quiero así.
Pensé que le había perdido,
y en realidad,
siempre siguió conmigo.
Y lo descubrí cuando más necesitaba a alguien.
Y en el coche, de regreso a casa,
mientras sentimos que no podemos más con nuestros cuerpos,
recuesta su cabeza en mi hombro,
toma mi iPod y selecciona una canción.
Me da un auricular y recuesta su cabeza en mi hombro,
y yo apoyo mi cabeza en la suya.
Dice mi nombre con esa vocecita tierna que tiene,
y me pregunta si le quiero.
Y contesto que sí.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)