Y es bonito.
Es bonito como una botella y media de vino puede hacerme sentir esa calidez por dentro.
Es bonito como mi lengua se siente pesada y solo sonrío un poco cuando alguien se dirige a mí.
Es bonito como solo quiero cerrar los ojos y pensar en aquellos meses en los que sentía que podía hacer todo.
Y me gusta.
Me gusta como tomo un trago y no puedo pensar en otra cosa más que en ese sabor amargo inundando mi boca, pero entonces, siento la calidez. Y vale la pena cada trago amargo.
Y siento una ligereza en mis pies, sobre mis hombros. Me siento un poco feliz y con algo de sueño.
Pero es cálido.
Y eso es lo que importa en ese momento. No hay pensamientos tristes ni ganas de desaparecer.
Es cálido.
No hay comentarios:
Publicar un comentario