miércoles, 27 de septiembre de 2017

17:34

A veces me asusta cuán desconectado me puedo sentir.
No quiero reír, pero tengo que.
No quiero sonreír, pero tengo que.
Solo quiero quedarme ahí, solo eso. Sin hacer nada, porque incluso pensar  requiere un gran esfuerzo.
No quiero moverme, porque siento como si tuviera todo el peso del universo sobre mí. 
No quiero hablar o que alguien me hable.
Y de repente siento que puedo soltarme a llorar en cualquier momento, por la más mínima cosa.
Llorar largo y tendido.
Me asusta sentirme así.
Sentirme tan...entumecido.
Y entonces, días después, recupero la sensación.
Pero aún así mi cabeza no me da descanso.

No hay comentarios:

Publicar un comentario