Pensaba en que esperaba que nunca se sintiera como yo me siento a veces, que deseaba que nunca tuviera horas oscuras aunque sé que nadie puede salvarse de eso. Pensaba en que nunca dejara de temer pero que no dejara de enfrentar sus miedos, que siguiera siendo tan amable pero a la vez firme cuando alguien quiere ofenderle y capaz de defenderse. Que nunca dejara de llorar cuando la hirieran, pero que siempre se levantara siendo más fuerte de lo que ya es y que nunca se avergonzara de sus heridas.
Que no tuviera vergüenza, que hiciera las cosas que ama sin importar las demás personas, que siguiera bailando y cantando y riendo como niña pequeña. Que no dejara nunca de ver lo positivo, porque entonces dejaría de ser ella.
Que si algún día termina odiándome, si algún día mis muros le hieren más que no crea, nunca, jamás nada de lo que salga de mi boca. Porque ella sabe que no es más que cosas brillantes.
Va a cumplir todo lo que sueñe, porque espíritus como el suyo nunca mueren. Tendrá una larga vida e iluminará las vidas de otros, sin tener que apagar su propia luz.
Y yo estaré ahí, cuidando que sus muros no crezcan tanto como los míos, pero que sean fuertes para cuando la vida se los pida.
Y no puedo detener el tiempo, crecerá y se enfrentará a la vida, pero en mi mente siempre será ese pequeño bulto que llegó en brazos de mi madre una mañana. Siempre será esa pequeña caminando frente a mí mientras me cuenta su día.
And even though you want to, please try to never grow up.