Hoy se cumplen 3 años.
El sol salió, brilló y nos calentó la piel.
Fue coincidencia que también fuera el día del padre.
Sé que todos tenemos nuestras formas de lidiar con la pérdida, mientras le veía empinar la botella como si no tuviera que ir a tu misa y son las únicas veces que él y yo pisamos la iglesia.
Y no fue.
Y lo entiendo, tampoco lo culpo.
Nadie lo hizo.
Te extraño, el hueco en mi pecho no se vuelve más pequeño.
Extraño verte bailar en las fiestas, verte aplaudir y cantar.
Quisiera ir a tu casa y sentarme en ese sillón de nuevo, aunque ahora tu casa es solo ruinas de lo que alguna vez fue un hogar.
Quisiera ver a Choco recargar su cabeza en tu regazo.
Quisiera volver a tener 3-4 años y que me ayudes a preparar limonada.
Volver a tenerte en el asiento del copiloto, un fin de semana, mientras mi padre conduce por la carretera.
Volver a tomar café en ese pueblo fantasma, delante de esa iglesia, mientras el sol comienza a ocultarse tras las montañas.
Solo tenerte.
Te amamos.
En donde quiera que estés, sé que nada duele.
Sé que estás bien.
Te amo.
Te amo.
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