viernes, 13 de octubre de 2017

Boyhood, Sonny Boy y café.

Y ha sido una buena noche.
La tarde estuvo nublada y he ido a un cine al aire libre en un centro cultural con alguien.
Llegué a casa un poco más allá de la medianoche, después de haber disfrutado Boyhood por tercera vez.
Nunca había ido al cine al aire libre (pero siempre había querido) y es bonito porque no había conocido a una persona que disfrutara de esas cosas como yo.
Me reí, amo el soundtrack de la película y me gustó que todo esto fue espontáneo. Es la clase de cosas que ves que hacen en una serie o en una película y dices "Quisiera que eso pasara".
No me sentí infinito, he caído en cuenta que llevo mucho tiempo sin sentirme así y no sé que pensar. He crecido, supongo. Pero sentirme infinito siempre viene acompañado de cierta tristeza, porque sabes que debes aprovechar ese momento al máximo y disfrutarlo porque es efímero. No importa si tomas miles de fotos en ese momento, porque después de que se acaba, eso es todo.
Tienes el recuerdo de ese sentimiento y puede que lo vuelvas a experimentar pero nunca será lo mismo.
Y buscarás desesperadamente volver a sentirte de esa manera.
Lo sé, porque vivimos de sentimientos como ese. Es la clase de sentimientos que te alimenta cuando tu alma está hambrienta de vida. Y los humanos estamos hambrientos constantemente.
La película acabó, entre risas y aplausos. Nos acercamos a la pequeña cocina y pedimos un café, ella un muffin y yo una galleta. Nos reímos y platicamos de las clases y de la película hasta que tuvo que irse.
Salí del local y me senté en una de las mesas que estaban fuera, puse mi café en ella y comí mi galleta mientras disfrutaba de la vista que tenía la calle al estar tan llena de vida un viernes casi de madrugada(?), había 3 chicos en la otra mesa junto al otro lado de la puerta. Uno de ellos tocaba la guitarra y otro un tololoche, el de la guitarra cantaba Keep It To Yourself de Sonny Boy Williamson y fue la perfecta manera de acabar la noche.
Sentado ahí, tomando café y escuchando esa voz ronca llenándome el alma, sin preocuparme que tuviera escuela en un par de horas.
No fui a casa sintiéndome infinito, pero fui a casa contento y creo que eso es suficiente, al menos por hoy.

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