Has entrado y salido de mi vida tantas veces, que no me importa si te vas una vez más. Estoy esperando el día en que cojas tus maletas sin deshacer y te vayas. Mi corazón solo se abre desde adentro y no quiero abrirte.
No voy a hacerlo.
No lo mereces y por fin te he dejado ir.
Por fin te he dejado ir. Por fin te he dejado ir. Por fin te he dejado ir. Por fin te he dejado ir. Es...increíble decirlo, sentada en mi cama a oscuras, casi las 2 am cuando mi primer día de escuela es en un par de horas. No lo había notado, hasta que decidiste volver a mi vida, como si aun tuvieras derecho a irrumpir en ella. No hay nada de ti en mí, no hay nada de ese dolor. Ya no hay nada, porque todo fue sanado. Por el tiempo, por mí, por ella.
Vino y bombones, te he soltado. Por fin, después de todo ese infierno emocional.
Ahora te pido, que hagas lo mismo conmigo.
Lo merezco.
No hay comentarios:
Publicar un comentario