sábado, 18 de febrero de 2017

El verano interminable.

Mi verano fue carretera. Fue el sol en mi piel y las nubes sobre las montañas. Fue la sala de un cine y el asiento de un auto. Fueron pequeños pueblos cercanos a la ciudad y calles desconocidas. Fue lluvia cayendo por el parabrisas. Fue el verde fuerte que había en los árboles por la lluvia. Quería quedarme en esas carreteras por siempre, mirando el atardecer pintar el cielo de dorado.

Escucharla contar historias de cuando era pequeña, de los veranos cuando iba a Los Cabos, del mar, de los barcos japoneses que llegaban a la costa y esa vez que apostaron haber quien se cansaba en nadar más rápido y cuando se dio cuenta estaba tan lejos de la orilla que sus amigas se veían como hormigas.

 Tomar café en ese pequeño pueblo fantasma, con el viento meciendo los árboles y el sol calentándome el corazón. Ir a bañarnos con la familia y sentir el viento erizándome la piel y ver como movía las palmeras. Recordarla a ella, recordar que también recorría esos caminos, que también estuvo sentada en ese pequeño café.



Fue mis huellas en la arena, labios salados y piel dorada. El fondo del mar y el cielo despejado. Ver el sol entre las ramas de los árboles, la lluvia mojándome el cabello, fotografías sin miedo y atardeceres tristes. 

Fue una de las pocas veces que desee que el verano fuera eterno.
28/08/16 

martes, 14 de febrero de 2017

2:15am

Quisiera poder apagar mis pensamientos por un rato y dejar de sentirme culpable, dejar de ser como soy por un momento.  Detenerme a pensar en mis acciones, pensar.
Solo un rato.

lunes, 13 de febrero de 2017

This voice inside has been eating at me.

No fue un buen día, lo supe desde que desperté y me sentí en el cuerpo equivocado. Lo supe cuando me mire al espejo y quería enterrarme debajo de mis cobijas por la mirada de odio que me daban esos ojos.
Todo lo que quería era llegar a casa, la última hora de capacitación fue asquerosa, me recordó lo idiota que puedo ser academicamente. Llegué a mi cuarto, me deshice del uniforme y quise morirme un rato o tal vez para siempre.
Dormí 3, 4 o 5 horas y cuando desperté aún sentía ganas de desaparecer y la repostería siempre me ha distraído sólo me estresaba más.

Realmente odio estos días, cuando me siento en el cuerpo equivocado, cuando odio todo lo que soy. Y pienso en que tan bajo me hacían caer esos días, tiempo atrás, cuando iba constantemente a ese lugar oscuro del que tanto hablaba Charlie.
Solo 4 meses más. Solo 4.

miércoles, 1 de febrero de 2017

de cosas que acabo de notar.

Has entrado y salido de mi vida tantas veces, que no me importa si te vas una vez más. Estoy esperando el día en que cojas tus maletas sin deshacer y te vayas. Mi corazón solo se abre desde adentro y no quiero abrirte.
No voy a hacerlo.
No lo mereces y por fin te he dejado ir.
Por fin te he dejado ir. Por fin te he dejado ir. Por fin te he dejado ir. Por fin te he dejado ir. Es...increíble decirlo, sentada en mi cama a oscuras, casi las 2 am cuando mi primer día de escuela es en un par de horas. No lo había notado, hasta que decidiste volver a mi vida, como si aun tuvieras derecho a irrumpir en ella. No hay nada de ti en mí, no hay nada de ese dolor. Ya no hay nada, porque todo fue sanado. Por el tiempo, por mí, por ella.

Vino y bombones, te he soltado. Por fin, después de todo ese infierno emocional.
Ahora te pido, que hagas lo mismo conmigo.
Lo merezco.