miércoles, 19 de septiembre de 2018

Espero sepas que eres amada.

Estábamos en el patio, era de noche y las estrellas brillaban, hacía frío porque llevaba días lloviendo, estabas frente a mí con tus rodillas dobladas hacia tu pecho y tenías un brazo sobre ellas, de tu mano derecha colgaba un cigarro.

Te conté como parecía que todo se estaba oscureciendo de nuevo, de como cada día me levantaba tratando de que mi cabeza no volviera a hundirme, como parece que el sentimiento de culpa crece más cada día al no poder volver a corresponderle los sentimientos a Anna.

Y tú me contabas lo que siempre he sabido, me contabas sobre todo lo que quisiera cambiar de tu familia, de todas las familias así.
Me contabas del orgullo, de los errores. Me contabas sobre el bote de pastillas, de cuantas de ellas tuviste en tu mano aquel día.

Te abracé antes de irte, cuando el sol comenzaba a saludarnos, me alegro de que sigas aquí te susurré y me abrazaste más fuerte.

Espero sepas que siempre tendré una vela encendida para ti si pierdes el camino a casa.






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