Y la amo.
No creo ser capaz de decirle algún día cuanto lo hago.
No creo poder decirle cuanto extraño sus dibujos.
No creo poder decirle cuanto quisiera abrazarla sin sentirme vulnerable.
No creo que sepa cuanto quiero que confíe en mí, cuanto quiero que hable conmigo de temas que aún no confía con mamá.
No creo poder decirle cuanto amo los dibujos que me ha dado a lo largo de su corta vida, que tengo todos y cada uno de ellos guardado.
No creo poder decirle, sin el nudo en la garganta, sin la piel erizada, sin las lágrimas cegándome, que no me odie.
Que por favor, por favor, no me odie.
Que cuando crezca, no me tenga resentimientos, porque solo nos tendremos la una a la otra en, espero y ruego, varios años más.
Que me perdone por a veces enfocarme tanto en lo que me ahoga, que no veo si algo puede estar ahogándola a ella.
Que me perdone el no abrazarla sin sentirme expuesta.
Que me perdone por a veces no prestarle tanta atención.
Que me perdone por a veces ser una extraña viviendo en la misma casa.
Que a veces me enfoco tanto en mí misma que no presto atención en como le afecta eso a ella.
Que la amo, la amo tanto que las palabras se atoran en mi garganta.
No hay comentarios:
Publicar un comentario