"Extraño como era, ¿sabes?" me dijo.
"¿El qué?" contesté y giré mi cabeza para mirarla.
"Todo, pero más que nada, extraño como nos comportábamos antes, hace 4 años. Tú y yo. Nos extraño." tenía la mirada perdida en el horizonte, donde el Sol moría.
Estábamos en nuestro lugar, donde siempre nos encontrábamos para fumar o simplemente para hablar.
Solté un suspiro.
"Yo también nos extraño." le dije dando una calada al cigarro y pasándoselo.
Nos quedamos un momento en silencio, mirando el atardecer.
Había pasado mucho tiempo sin pensar en aquellos días, en aquel verano. En los últimos días de escuela y en las tardes en mi casa o en esas calles.
Del primer trago de vodka y el primer cigarrillo, de las pláticas fuera de mi casa a las 12am y de la luz de la vecina apagándose para darnos tirarnos la indirecta de que ya nos fuéramos.
Nosotras en mi habitación, cantando Forever Young de Alphaville a todo pulmón y saltando sobre la cama. Las tardes de lluvia y las gotas deslizándose por nuestra piel. Las mentiras y los mensajes. Cuando descubrieron todo y tuvo que irse.
Pero de alguna manera, creo que fue algo bueno. Irse siempre significa cambio y yo necesitaba cambiar.
Necesitábamos crecer fuera y más allá de nuestras sombras, de conocer gente nueva y dejar de encerrarnos en nuestra burbuja.
Siempre ha sido parte de mi vida y espero siempre lo sea.
Aún extraño su brazo sobre mis hombros y el mío rodeando su cintura cuando camino por los pasillos, pero está bien.
Somos mejores ahora.
No hay comentarios:
Publicar un comentario