Te soñé, por segunda vez, te vi bailando.
Dando piruetas como niña, riendo y dejando que el viento alborote tu cabello.
Te miraba desde lejos.
Te veías feliz.
Me subía a un auto y tú te quedabas quieta.
Te mirabas triste, paralizada.
Te acercabas y el auto comenzaba a moverse.
Desde lejos gritabas: "¡No, no, no, no!"
Estirando los brazos hacia el frente, con las manos abiertas.
El auto continuaba avanzando y te hacías cada vez más pequeña.
Solo quería que volvieras a dar vueltas y dejar que el viento mueva tu falda.
Quería escuchar tu risa.
Te miré una vez más.
Desperté.
No hay comentarios:
Publicar un comentario