domingo, 19 de abril de 2015

J.

 Hasta que no hayas amado a un animal, una parte de tu alma permanecerá dormida.

Espero que estés bien, Jack. 
Te extrañaré, pequeño fastidioso.

martes, 7 de abril de 2015

Y por eso.

Me devolvió el libro, aquel que me pidió un día de Noviembre, tenia un par de esquinas de la portada doblada y olía a su perfume.

Lo tome entre mis manos y quise apretarlo contra mi pecho para retener su presencia, para hacerla parte de mi.
Lo confieso ahora, tuve ese libro por un año antes de hablarle sobre él y nunca lo leí, nunca lo abrí, nunca me adentré en él hasta tiempo después de que lo devolvió.

Ahora lo hago, ahora veo un pequeño dibujo escondido, un pequeño retrato en su hogar entre las páginas 176 y 177.
No creo que lo haya dejado ahí a propósito,  quiero creer que las letras le dieron inspiración y decidió crear magia con sus dedos y su pluma.

No se lo devolví, no lo mencione. Una parte de mi quiso quedarse con una parte suya aunque no le pertenezca. Una parte perdida que tal vez ya no recuerde.

Me devolvió ese pequeño mundo un día de Enero, ahora decidí crear un poco de mi magia mientras colocó una hoja doblada a la mitad (con un horrible dibujo que Néstor nos hizo hacer en clases de artes) entre la 255 y 256.

Quiero seguir recordándole en un par de años, cuando vea mis viejos libros y pase las hojas empolvadas rápidamente.

Y siento tratar de escribir como tú Min, siento querer describir cada objeto y cada momento que pasabas con Ed, Al, Joan o Laura y Jordan como lo hacías tú.
(Estoy descubriendo que estoy un poco enamorada de ti, aunque a veces quiera ponerte cinta en la boca.)

Voy a dejar su pequeño trozo entre esas páginas, (como Min dejo todos tus recuerdos en esa caja fuera de tu casa, Ed) para recordar que en algún lugar del mundo existe una persona así.

Y fue por eso, E. (Lo de la inicial fue una coincidencia, Ed, tú nunca apreciarías éstas letras, y yo nunca te escribiria y por eso fue que rompieron).
(Lo siento, tuve que hacerlo, maldito libro).

A todo eso.

Le besé, sabía a manzana y canela, a sueños e ilusiones, a risas en el parque y a canciones tristes. Sabía a todas esas noches al teléfono hablando en susurros o escribiendo palabras en madrugada que salían temblorosas e incoherentes como pueden salir a las 4 am.
Sabía a esas tardes con el cielo pintado de rosa, naranja o azul. A brisas de pensamientos felices y de claridad. Como cuando te sientes feliz con la vida y sin miedos.
A tiempos mejores, a fotografías con sonrisas verdaderas, a confianza y cosquillas.
Me abrazo, se sentía como esos viajes en carretera con el atardecer persiguiéndonos y con Bon Jovi en el radio.
A los libros con listones regalados de I haciendo el trabajo de separadores y a discos de Fun o P!nk en el estéreo en invierno. A las tardes con mi madre haciendo cupcakes, y probando el turrón o loquesea a escondidas.
Se sentía como volver a un lugar donde alguna vez se fue feliz, como ir a la playa en verano y correr riendo al mar.
Como reír con tus amigos a carcajadas hasta que les duele el estómago, a él último día de clases o cuando se acaba una fiesta de la que no quieres irte y todos los que amas están en ella.
Como acabar un libro en domingo y llorar, como estar de vacaciones y sentir que puedes hacer todo. Como ver a Phoebe siendo adorable, a Joey tratando de convencerse de que sólo tiene un pequeño crush con Rachel, a Mónica y Chandler con sus pequeños gemelos saliendo ese apartamento o a Rachel y Ross en el nacimiento de Emma. A ser feliz sin miedo.
A todo eso.