sábado, 9 de agosto de 2014

Hablemos de todo eso.

Hablemos de esos viajes en carretera junto a tu familia, hablemos de las nubes escondiendo al Sol y haciendo que el día sea pálido, hablemos de que toda la naturaleza parece más bella conforme el auto avanza. Hablemos del viento chocando contra tu rostro y revolviendo tu cabello y sonríes, te encanta. Hablemos de las curvas, las subidas y bajadas. De los pueblos bellos olvidados por la mano de Dios. De las calles empedradas y de sus habitantes fantasmas. De cómo las casas parecen devolverte en el tiempo y de cómo cada arruga de esas personas que han vivido ahí toda su vida, cuentan una historia.

Hablemos de la lluvia mojándote el cabello y haciendo que la ropa se te pegue al cuerpo. Y no importa. Y todos ríen porque aman la lluvia tanto como tú. Hablemos de cómo pasaste la tarde entre risas que te sacan un par de lágrimas y chapuzones y de cómo volvió a llover otras 3 veces.

Hablemos del regreso a casa, de la carretera sola y de las nubes que parecen estar pintadas en el cielo, de que puedes alcanzar a ver pedazos de arcoiris entre ellas. Del sueño, de recordar cosas que pasaron durante el día, de cómo tu hermana recuesta su cabeza en tu hombro y duerme.
Hablemos de hacer las maletas, hablemos de ese nerviosismo.

Hablemos del miedo de volver a la escuela, de tener que enfrentarte sola a esas personas de mierda. Hablemos de las lágrimas que se escapan al pensar en cómo sobrevivir sin tu mejor amiga este año, de qué te vas a sentir más sola de lo que ya te sientes. Hablemos de lo jodido que es pensar que nunca vas a poder hacer lo que hacen que tus ojos brillen, porque no te va a dar una buena situación económica (y es una idiotez).

De no saber que vas a hacer de tu vida, que de pronto tus sueños no son más que sueños y todos te dicen que debes tomar una decisión para que tengas un mejor futuro, pero ¿realmente vale la pena un futuro en el qué no serás feliz?. De que no quieres despertar con 60 años, viendo que dejaste pasar tus sueños, de que tienes una vida que no te gusta.
Hablemos de sentir que no importas, que no eres ni la segunda ni la tercera ni la cuarta sino la vigésima opción, (creo ni siquiera esa soy). Hablemos de cómo es que todos se olviden de ti. Hablemos de cuantas noches te las pasas pensando en qué haces mal, en qué puedes cambiar para poder ser aceptada.

Hablemos de ser tú, de no parecer suficiente, de no tener ningún talento, ninguna habilidad que te abra puertas en el mundo. Hablemos de odiar tu cuerpo, aunque te digas que te vale madre lo que piensen, de pensar que si fueras más bonita todo sería más fácil. Hablemos de las salidas que tus amigos organizan y que no te invitan. De ver los cuerpos de Barbie's de las demás y ver que todo es más sencillo para ellas. De cómo odias ir de compras porque tu madre te obliga a probarte ropa y al verte al espejo no quieres más que llorar y gritarte, de querer ir a pararte frente a un camión o dejar de existir.

Hablemos de que pasas más tiempo viendo series, leyendo o escuchando música que yendo al cine o cualquier otra cosa. Hablemos del sentimiento de culpabilidad que te da después de comer mucho, aunque no lo hayas hecho pero tú lo sientes así. De que sientes que a veces hablas de más, de que de verdad no comprenden tu forma de ser.

De que no tienes a nadie con quien hablar, de que ves que nunca vas a hacer quien eres, de que nunca vas a ser suficiente, de que te estás convirtiendo en la típica adolescente (¿y qué?). Hablemos de que eres muy fácil de olvidar, de qué no eres importante. Que realmente no le agradas a nadie. Que casi todo el tiempo tienes miedo, que quieres viajar aunque sabes que vas a extrañar tu casa un infierno. Hablemos de que te identificas más con personajes de series o de libros, que con la vida.

Hablemos de todo eso y más.
Porque sé que entenderás.
Porque somos humanos.


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