viernes, 30 de noviembre de 2018

Otro otoño más.

2 am.
Las 2 am, como todos los años.
Encendí las luces de navidad y Break Your Heart de The Gaslight Anthem rebotaba de pared a pared.
No podía mover las manos por culpa del viento helado que entraba por la ventana y mecía las cortinas junto a las luces.
No tenía ganas de llorar, simplemente sentía resignación.

Una parte de mí dejó que mis padres me llenaran de esperanza y emoción de que tal vez este año sería diferente, que tal vez todos ellos vendrían.
Otra parte de mí, lloró toda la noche dos días antes porque sabía que sería igual que años anteriores y era sobre todo porque mis padres creían que sería distinto, porque volvería a ver como compraban y gastaban para que yo pudiera divertirme con mis amigos para que al final no viniera nadie. Y pasó.

Lo único que me lleno el corazón ese día fueron 3 chicas que conocí en la universidad y que me compraron un pastel, 3 chicas que conozco desde hace 4 meses y que me llenaron la mañana de risas, ¿qué da a entender eso?

Durante el transcurso de la mañana la lista se redujo a cero.
Llegué a casa, les dije a mis padres y mi madre solo dijo "Que se jodan", me reí y seguí mi camino hacia el baño.
Esperé a que se fueran a atender unos mandados para soltar el primer sollozo. Me decía que no importaba, que realmente no me dolía, que no me sentía tan decepcionada, tan herida y tan estúpida.

Y no es que ellos fueran malas personas, simplemente no entendía porque no me podían dar un día, un solo día donde no me hicieran sentir un poco desplazada, como si nunca terminara de encajar.
No entendía porque yo siempre trataba de estar ahí, de asistir a sus eventos, a sus cumpleaños, a sus salidas repentinas y ellos no podían estar un puto día para mí.

Y decía "no importa, no importa, no me duele".
Y se me venía a la mente una frase que había leído por ahí alguna vez "¿Qué haces fingiendo que no te dolió cuando sí te hirieron?".
Tuve que calmarme antes de que llegaran mis padres porque no quería que me vieran así de nuevo, estaba harta de preocuparlos así.

Llegó la noche y la persona que menos esperaba apareció, Agridulce. Habíamos cambiado, y hablar con ella no ponía el ambiente pesado y reíamos.

Cuando llegó el momento de ir a casa, no sentía nada respecto a mis amigos.
Ya no importa, ya no importa, de verdad.
Estoy en la universidad, comenzaré un nuevo cuatrimestre en enero y conoceré nuevas personas.
Entraré a mi último curso de inglés en otra universidad y también conoceré a más personas.
Trato de convencerme de que estaré bien, el próximo año solamente saldré a cenar y eso será todo.
No más decepciones y llanto en los baños en este día.

Tocaré algo de guitarra, encenderé las luces de navidad, se me congelaran las manos y los pies.
Cantaré con Adele, Coldplay y Fun y estaré bien.
Trataré de ser eterno.

If I played you my favorite song, lying here in the dark
Oh, my, my, it would break your heart. 
Until it breaks your heart. 


Imagen de cake, birthday, and candle

viernes, 23 de noviembre de 2018

Todas las canciones siguen siendo (dolorosamente) sobre ti. III

Al parecer, 
no estás destinada a quedarte.

No es lo tuyo. 

Y al parecer, 
lo mío es seguir cayendo por ti, 
cada que vuelves a dar una vuelta por estos lares. 

domingo, 18 de noviembre de 2018

Cosas que pasarán si tomo esa mala decisión de nuevo.

Estaba enojada.
Enojada contigo.
Con tus sentimientos indecisos.
Con tus idas.
Con tus regresos.
Pero sobre todo, estaba enojada conmigo misma.
Por permitirte que volvieras a mi vida, una y otra y otra vez.

No me busques más, dije, nunca, esta vez es para siempre
te quedaste parada ahí, repitiendo mi nombre
por favor, decías, lo siento, perdón, por favor
mis manos temblaban mientras trataba de meter la llave en la cerradura
vete, jódete contesté, por fin abrí la puerta y la cerré rápidamente, tratando de tragarme las lágrimas
atravesé el patio
Tomoe, Aitana y Sandy saltaban a mis pies clamando atención
ahora no, les murmuré con el nudo en la garganta
abrí la puerta de mi casa y mi padre estaba sentado en el sillón frente a mí
cerré la puerta y traté de tranquilizarme pero un sollozó me traicionó
mi padre se levantó y me abrazó, sabía que había escuchado todo, aunque al mismo tiempo no sabía nada
enterré mi cara en su pecho, era extraño abrazarlo, pero él no me invadía ni presionaba con preguntas como lo haría mi madre
él me dejó sollozar en la puerta de la casa, me meció en sus brazos como siempre lo hace las contadas veces que me ha visto llorar
¿te lastimaron, mi niña? murmuró y solo apreté mis puños en su espalda, tratando de retener los sollozos
está bien, todo va a estar bien 
me dio un beso en la cabeza y siguió abrazándome.