viernes, 21 de octubre de 2016

02:30

Hace tiempo que no escribo aquí, porque he estado tratando de vivir la vida y porque hace meses comencé la escuela de nuevo y se ha vuelto difícil tener ganas de escribir. Las ganas, la motivación, la emoción de escribir no ha vuelto y eso que hoy asistí a un evento de literatura.

Un conocido hablo sobre como los jóvenes queremos dejar una marca en ese pinche mundo aunque para los demás seamos invisibles, pero al dejar esa marca, se la dejamos al mundo. En medio de todo, está la cicatriz que nosotros causamos. Y eso es lo que nos importa.
También hablo sobre como solo hay un camino para ser libres, donde podemos ser lo que queramos y eso es la imaginación. Y no puedo dejar de decir que tiene razón en todo.

Hace poco me anime a participar en un concurso de cuentos en la escuela y el evento literario es resultado de ese mismo concurso del año pasado, una parte de mí desea estar ahí enfrente de todos hablando sobre el mío.

Ese cuento causo algunos problemas por la temática y porque la madre de la chica con la que había "algo" (ya no sé si aún hay, no lo sé después de lo que pasó ayer). La madre de esta chica se enteró de todo, no lo aceptó y le prohibió todo contacto conmigo. Justo cuando comenzaba a descongelar el hielo que tengo por corazón. Eso no le impidió besarme aquél lunes.

Pero duele empezar a tener sentimientos por alguien de nuevo, aunque le haya dicho a B que dejaría que cosas me pasaran, duele. Y duele más porque se aleja de mí en público o aunque estemos solas y pase alguien a mil kilómetros y me suelte la mano más rápido de lo que haría Flash.

Duele, como su mordida en mi labio. Duele cuando me animé por primera vez a comenzar un beso y ella se giró y me dijo que no. Y la gente estaba lejos, muy lejos para alcanzar a vernos.

B me dijo que tal vez no estaba preparada para salir, que tal vez no quiere salir. Y que si la quiero, no la obligaría pero lo que menos que quiero es eso y porque la quiero no voy a obligarla y también porque yo me quiero un poco no puedo estar a escondidas.

Todo es tan confuso, complicado y solo quiero que el frío venga.

Y aun no entiendo como puede haber padres que rechazan a sus hijos, obligándolos a vivir con miedo. A amenazarlos con quitarles el único hogar que han conocido, como los padres pueden convertirse en un desconocido para ellos.
Los chicos no deberían vivir con miedo a ser quien son, a amar lo que aman. El mundo está mal, todo esto está mal.