Tengo miedo, me dijo y siguió mezclando los colores.
Le miré, quise decirle que no estaba mal tener miedo, pero que no debía dejar que la dominara, que la consumiera, quería decirle que yo estaría ahí cuando tuviera miedo pero que lo más importante era tenerse a sí misma, que no se avergonzara jamás de tener miedo pero que lo enfrentara, que ella podía hacer todo.
Solo atiné a murmurar un "está bien" y seguí cortando figuras.
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