Es bueno alejarse.
Es bueno trabajar en ti y reconstruirte.
Ver las cosas de distinta manera y no tener miedo de ser quien eres, aceptarte y quererte.
No tener miedo de usar la ropa que te gusta, salir a donde quieres porque eres joven y sientes que puedes comerte el mundo (de buena manera). Reírte sin importarte nada, reírte de ti misma, sobretodo.
Creer que vas a poder hacer todo, aunque claro que vas a dudar, pero al final tienes que creer que lo vas a lograr y claro que lo harás. Creer las cosas buenas que te dicen de ti las personas que te conocen. Las cosas malas que te digan los demás puedes mandarlas al carajo. Ahí pertenecen. Y ahí se tienen que quedar.
Todos cambiamos, porque es parte de crecer, cambiamos con nuestro entorno, las cosas que pasan y con las personas de las que estamos rodeados. No somos los mismos estando solos o con nuestros amigos. Las cosas que nos gustaban el año pasado ya no lo hacen más y las cosas que no te gustaban ahora lo hacen y es normal. Las personas que eran tus mejores amigos hoy son extraños que ni siquiera voltean a mirarte. Las personas cambian y a veces olvidan decírselo a los demás.
Evolucionamos.
De nosotros depende si para bien o mal.
En estos momentos de mi vida estoy eligiendo para bien, estoy cambiando por mi, porque quiero reírme sin miedo a nada y usar la ropa que me gusta sin importarme una mierda los demás. Porque es mi último año y me pongo nerviosa y sentimental. Porque tengo que presentarme a un examen de admisión en 10 días y tengo que creer que lo lograré.
Porque quiero creer en mi.
Porque lo estoy intentando, porque creo que lo que importa es el esfuerzo.
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