sábado, 10 de enero de 2015

Y te das cuenta, el tiempo se va demasiado rápido.

Y entonces, estás recostada en tu cama una tarde de Enero, matando el tiempo y contestando publicaciones en algún grupo de uno de los muchos fandoms, escribes tu respuesta y la re lees, y entonces pasa. 
Ves ese número.
Y te das cuenta cuenta de que el tiempo se va como agua entre tus dedos. De que nunca te imaginaste que llegarías hasta aquí.  De que crecer...es inevitable.

De que algún día tendrás la edad de tus hermanos mayores o de tus padres.  De que vas a salir de secundaria y tal vez no vuelvas ver a alguno de tus amigos.
Te das cuenta de que sólo tienes una vida. Y que el reloj avanza muy rápido y que no puedes hacer nada para detenerlo. De que las personas que quieres algún día van a irse de este mundo y te dejaran con un vacío.  Y que no puedes hacer nada.
Nada.
Hay una parte de mi que tiene pánico a todo eso escrito arriba, que tiene pánico a crecer y de enfrentarse a cosas mucho más grandes de las que ya me enfrentó ahora. Y no creo ser la única, quiero creer que mis padres también tuvieron ese pánico, quiero creer que voy a disfrutar los años que vienen y hacer lo que me gusta, porque la vida se va rápido. Y no quiero que lo haga.